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Nos vamos de compras mi madre y yo (y algo más pasó)
Fecha: 25/02/2019, Categorías: Incesto Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
... noche para volver a tirarme a mi madre. El incesto no me importaba. Yo no tenía pareja y ella tampoco, así que ¿qué mejor que nosotros dos para darnos placer? Llegó la noche y en cuanto mi hermana se acostó, mi madre y yo ya estábamos encima de su cama, toqueteándonos, sobándonos y besándonos apasionadamente. La quite el sujetador y le besé las tetas. Chupé sus pezones redonditos y ella se moría de gusto. Bajé con mi mano hasta su ombligo y antes de llegar a su chocho, me paré en sus muslos. Quería retrasar su placer al máximo. Lamí la cara interna de sus muslos y para entonces ella estaba excitada a más no poder y me pedía que se la metiera ya. Mi polla también estaba a cien, así que no me hice de rogar más. Se la metí rápido y la bombeé bien fuerte. La cama temblaba con mis embestidas y ella gemía bajito para que no nos oyera mi hermana. Al rato, ella decidió cambiar la postura y ser ella quien se pusiera sobre mí cabalgándome. Botaba sobre mi polla y yo estaba disfrutando como un loco. Pero claro, nuestros gemidos fueron en aumento. -¡Ah, ah, ...
... ah! ¡Qué gusto, hijo! ¡Sigue así! ¡Así! ¡Asiiiii! La cama botaba como si fuera a romperse y en esto que oímos una voz: -Mamá, ¿estás bien? Era mi hermana, a la que habíamos despertado. -Sí, hija, decía, aguantándose los gemidos. Es que he tenido una pesadi... lla... lla... -¡Mamá! no gimas. Le dije. Aguántate. Ella seguía botando sobre mí. No podía parar. Cuando vimos que mi hermana se había vuelto a dormir, mi madre se salió de mí, se giró y me cabalgó de espaldas. Yo agarré sus caderas. La visión de su culo botando era increíble. Seguimos un rato más en esa postura, con mis manos en sus caderas y más tarde yo me corrí. -Ungggg. Tuve que tragarme mis gemidos. Mi madre aun aguantaba y luego volvió a follarme de frente y al poco rato se corrió también. Se agarró a mis hombros y se mordió los labios mientras explotó su orgasmo. Echó la cabeza hacia atrás al llegar al clímax. Ya tumbados en la cama, le dije: -Por poco nos pilla mi hermana. -La próxima vez, la mandamos de vacaciones. -Sí, será lo mejor, jeje. Así empezamos nuestra historia incestuosa.