La amorosa hija (Parte 5)
Fecha: 26/02/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: Thomas, Fuente: CuentoRelatos
Anne salió del baño completamente desnuda tras varios minutos de prepararse. Se rasuró las piernas. Modeló para sí frente al espejo un par de veces. Se juzgó lista para papi. Lo primero que vio fueron los velludos hombros de su enorme amante salir de la burbujeante y vaporosa tina. “Hola novio guapo”, dijo Anne. “¿Está listo mi osote peludo para el romance?”, preguntó con sensual tono de voz. “¿No te la jalaste?” Don Tomás solo respondió con un ademán para que se metiera al jacuzzy. Anne se puso detrás de él y se sentó sobre el borde. Comenzó a deslizarse sobre sus nalgas hacia la nuca de su padre. Abrió sus muslos y puso cada uno sobre sus hombros. Tomó la cabeza de su padre y comenzó a frotar con ella su babeante vulva, varios minutos, emitiendo gemidos mientras Tomás murmuraba de placer, sintiendo como se humedecía su pelo con los jugos de su novia. Tomó a papi por el pelo, con su mano tirando de él, sin importarle que le doliera, frotándose con su cabeza, como si fuese un consolador. “¡Aaaah, ahhh... aaaahhhh… papi… ah!, ¡me encantas!”, gemía Anne. Casi para venirse, Anne se separó y subió por la cabeza de su padre sintiendo su ondulado y entrecano cabello acariciar su encantadora abertura, dejando tras de sí su húmedo deseo, bajando con sus nalgas por su cara, sintiendo su gigantesca nariz entre ellas, deteniéndose y frotando con ella su rajadura. Quería que, por primera vez, su padre le hiciera unas pocas de caricias con su lengua. Tomás se separó un poco y besó su ...
... vulva y su culo, acariciando las blancas y suaves nalgas, al tenor del espumoso burbujeo. Anne gimió suavemente, pero siguió deslizando su cuerpo hacia abajo. Tomó el pene de su padre bajo el agua en sus manos y lo insertó en su vagina, sintiendo su familiar dureza, de espalda a él. Don Tomás tomó a su hija de las caderas mientras ella se movía rítmicamente, disfrutando al máximo la perfecta penetración, durante varios minutos. “Novio, no te pusiste condón, ¿verdad?”, preguntó con sensual voz al sentir la rigidez de su padre penetrarla por completo. “Mmmm... no”, contestó, sonriendo. “Yo creo que tampoco necesitaba esa pastilla mugrosa que me diste”, agregó. “A ver si no me pega un soponcio”, dijo. “Papi, eres un sesentón y tenemos el fin de semana por delante”, dijo Anne. “¿Y si me embarazas, cabroncito?”, continuó ella. Tomás ignoró su pregunta. “Estoy fértil novio”, dijo, y continuó moviéndose. “¿Acaso has notado que me falte energía hija?”, preguntó Tomás. “Mmmm... no mi amor. Eres un garañón. Una inesperada sorpresa”. Contestó Anne, “pero eres más intenso y aguantas más con la pastilla, y como que también más duro”, agregó entre gemidos. El ritmo subió y solo se escuchaban los chasquidos del agua mientras Tomás se tiraba a su hija y el agua salpicaba entre las suaves nalgas y el velludo estómago, haciéndola alcanzar su primer orgasmo de esa inolvidable noche, en medio de irrestrictos gritos y jadeos. “¡Aguanta mi amor… hazme gozar como nunca, mi osote peludo!” comandó ella. ...