1. Abril, una muchacha de aldea


    Fecha: 26/02/2019, Categorías: Lesbianas Autor: kiko, Fuente: CuentoRelatos

    Abril era una muchacha de aldea que fuera a servir a la cuidad. Tenía poco más de 20 años, ojos negros, cabello marrón y largo, estatura mediana, tetas grandes y unos quilos de más. Era muy bruta y tenía la mala costumbre de decir siempre lo que pensaba... En la casa en la que había ido a servir ya tenían una sirvienta. Rosa, 35 años, divorciada, morena, de ojos azules, alta, con buenas tetas y refinada. Eran las diez de la noche. Las dos estaban en camisón sentadas en la cama de la habitación de Abril. Le preguntaba Rosa a Abril: -¿Tenías novio en la aldea? -No me corría prisa. ¿Lo tienes tú? A tu edad ya no se te va quemar el arroz, ya debes tener la tartera quemada. -Soy divorciada. -Algo malo harías, o algo malo haría él. -Fue culpa mía. Soy ninfómana. -¿Y él no lo sabía cuándo te casaste? -No. -No me extraña. No tienes acento. Rosa la miró, extrañada. -¿Acento de qué? -De extranjera. Rosa, sonrió, y le dijo: -Una ninfómana no es una extranjera. -¿No? ¿Y qué es? -Una mujer que necesita que le den más, y más y más. -¿Azotes en el culo con la mano? -Eso es secundario. -No, eso es de primario, de secundario es la zapatilla, y de terciario la tralla. -No te entiendo. -Ya somos dos. ¿Con qué necesitas que te den más, más y más? -¡Con la polla, con la verga, con el cipote, con el nabo! ¿Entiendes ahora? -Entiendo, entiendo. Pero no me chilles. Para eso no haberte casado, si necesitas a cuatro que te den... -Tú eres tonta. -Eso es lo que tú te crees. En una tarde me follé a ...
    ... siete mozos y a una moza y me quedé con ganas. -¡¿Juntos?! -No mujer, uno a uno, que follar es como el vino, si mezclas te hace daño. -Ya ni sé de qué estaba hablando. -De que tu marido te dejó por puta. -Por ninfómana. Me picaba mucho y... -¿Sabes cómo le llamamos en la aldea cuándo no para de picar? -¿Cómo? Abril se llenó la boca. -¡Aaaaansia viva! -Sí, es algo así. -¡Aaaaansia viva! Yo, mayormente, la tengo de comer. ¿Y tú? -De orgasmo tras orgasmo. -Suena bien. Nunca lo comí. Rosa, no daba crédito a lo que oía. -¿Fuiste a la escuela, Abril? -Hasta los 7 años. A los 7 años me castigó la profesora sin recreo. Rompí todas las libretas, y al día siguiente estaba trabajando en la huerta. Rosa, que andaba salida, siguió a lo suyo. -Se nota. ¿Cómo le llamáis en tu aldea a hacer un dedo? -Sacar un moco. -A ver, a ver. ¿Cómo decís masturbarse? -Al revés -¿Decís "al revés" masturbarse? -Sí, decimos, turbarse más. -¡Hostias! -Eso lo decimos igual, ninfo..., eso -Creo que no pillaste lo que es una ninfómana. Una ninfómana es una mujer a la que no le basta con correrse una vez, tiene que correrse dos veces, tres veces... -Quieta parada! ¿Un orgasmo es correrse? -¡Exacto! -Tú lo que necesitas es al Evangelio. -¿Eres religiosa? -Puede -Cómo qué puede? -¿Vale haber follado con un cura? -¡¿Te follaste al cura de tu pueblo?! -¡No! No soy tan puta. -Por lo que decías pensé... -Pues pensaste mal, no me lo follé, me folló él a mí. -¡La madre que me parió! -¡¿Eres hija de un cura?! -Tú eres... ¿A ...
«123»