1. Darex y Berta


    Fecha: 24/10/2017, Categorías: Intercambios Autor: murgis, Fuente: CuentoRelatos

    ... los cuatro jadeantes, tumbados, sin hablar unos cuantos minutos para recuperar fuerzas. Ya recuperado extendí la mano hacia la otra cama, cogí la de Amalia y tiré de ella hacia mí. Se pasó a mi cama, a la vez que Berta se levantó y fue a la de su marido. Juntos empezamos a besarnos con amor y ternura; a acariciarnos con delicadeza hasta que, nuevamente nos excitamos; mi polla volvió a ponerse tiesa, su chocho volvió a encenderse y colocándome encima se la metí con mucha facilidad pues además de estar muy cachonda, su coño aún conservaba la leche de Darex. Diciéndole “te quiero”, otras expresiones de amor y besándola continuamente, la follaba despacio, muy suavemente, entrando y saliendo de su coño muy lentamente en un polvo larguísimo que hizo que nos corriésemos a la vez, con un placer inmenso en el que estaban perfectamente mezclados el sexo y el amor. En la otra cama Berta y Darex también follaron y también quedaron abrazados y agotados. Descansamos como una hora larga y ya duchados y vestidos nos despedimos de nuestros amigos alemanes. En la despedida estuvieron cariñosísimos. Nos invitaron a visitarles en su casa de Alemania e Berta dijo: “Siempre os recordaremos con mucho cariño. Con vosotros hemos vivido la experiencia más maravillosa que recordamos y estamos encantados con vuestra amistad. También recordaré una fantástica contestación que me hizo Juan, que me apunto y que quizá yo misma usaré alguna vez. Cuando en la cama, usando una frase muy francesa y que se usa ...
    ... en todo el mundo le he pedido “hazme el amor” me ha respondido: -“Voy a follarte. El amor solo lo hago con mi mujer.”- Fantástico. Os queremos. Adiós.”-. Nos besamos y nos fuimos. Ya en el camino de regreso hablamos de ellos y fuimos recordando lo que habíamos vivido. El rememorar algunas escenas y quizá que la viagra seguía haciendo efecto, hizo que nuevamente me fuera excitando y que al llegar a casa tuviese una nueva erección. En el ascensor besé largamente a mi mujer y al entrar la llevé hasta el dormitorio y fui desnudándola poco a poco y prenda a prenda. Cuando le bajé las bragas le pedí que se tumbase porque deseaba “comerle” el coño de una forma más excitante. La puse boca abajo. Mi lengua fue posándose, en toques rápidos y leves sobre su culito y, dejándolo, chupaba el espacio que separa el culo del coño, para volver de nuevo al culito y otra vez fuera. Así un rato. Después ya pase la punta de la lengua por fuera de su “coño” dos o tres veces y lo dejaba para volver al culito. Este juego fue prolongando y excitándonos sobremanera. Amalia deseaba con ansia que mi lengua penetrase en el coño y le lamiese se interior y su pipa. Su cuerpo se arqueaba, jadeaba y se movía hacia los lados cada vez más excitado hasta que se giró completamente, quedando boca arriba; abrió totalmente sus piernas deseando que le chupase todo el chocho que temblaba de deseo. Otra vez pasé la lengua por el exterior del ”coño” y, ahora también por el exterior del capuchón de su pipa. “Cómeme el ...
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