Aparcamiento
Fecha: 02/03/2019,
Categorías:
Anal
Primera Vez
Autor: erossade, Fuente: xHamster
Hay en Barcelona un aparcamiento donde además de coches, descansan barcas. Está en un centro comercial cercano al mar y aunque hay otros sitios cerca donde aparcar, algo me atrae de él que normalmente dejo allí mi vehículo cuando estoy por la zona.Aquella tarde habíamos quedado directamente para follar, yo quería sodomizarte y a ti te apetecía hacerlo en un sitio público. Se juntaban el hambre y las ganas de comer, así que una vez nos encontramos, bajamos al aparcamiento teniendo ya una idea más que ligera sobre lo que iba a suceder.No era la primera vez que nos veíamos en ese centro comercial, ni que nos lo montábamos en ese aparcamiento, pero nunca antes habíamos tenido tan claro qué queríamos hacer y cómo llevarlo a cabo. Alguien pensará que el tenerlo todo planificado resta interés al asunto, pero no comparto esa opinión. A mí personalmente me excita ver cómo los eventos se van desarrollando según mi plan, cómo todo está continuamente bajo mi control.Salimos del ascensor en la planta donde estaba aparcado mi coche y nos fuimos en él a un sitio más apartado de la vista, lejos de la entrada al centro y cercano a la zona donde se aparcan las barcas. Un lugar que ya había seleccionado previamente, desde el que se veía salir a la gente en busca de su coche, pero convenientemente apartado para poder esconderse fácilmente.Todavía dentro del coche, te pedí que me la chupases, y a ello te pusiste como una buena alumna, agachando la cabeza mientras te recogías el pelo. Mi polla ya ...
... latía dura y entró en tu boca con ganas de follarte, casi sin esperar a que bajases en su busca. Disfruté de tu lengua y tus labios durante unos minutos, hasta que al final me di cuenta de que si la intención de la mamada era ponérmela dura, ya lo habías conseguido con ese primer gesto voluntarioso.Me relajé para disfrutar de tu boca un rato más, pero no pasó mucho tiempo hasta que te invité a salir del coche. Si a ti se te notaba algo nerviosa, cerrando la puerta del coche intentando no hacer ruido, yo andaba por el extremo opuesto bajando del mismo sin m*****arme en abrochar mi pantalón ni ocultar mi polla, que lucía salvaje en libertad fuera de mis tejanos.Te cogí la mano como si estuviésemos bailando y te llevé hacia una barca cercana. Quedábamos de espaldas a la entrada, pero era la más próxima y mi excitación no me invitaba precisamente a buscar una más adecuada. Me coloqué a tu espalda y fui directo a por faena: mientras una de mis manos entraba bajo tu jersey hacia tus pechos, la otra iba hacia tu cintura dispuesta a desabrochar tu pantalón.Me pediste que me pusiera un condón que ya estaba sacando, y a los pocos segundos mi polla ya estaba dentro de tu coñito disfrutando de tu humedad. Te sujetaba por la cintura y entraba y salía de ti, mientras tu apoyabas tus manos en la barca y ésta se movía peligrosamente. Empujaba y empujaba, y todo temblaba hasta el punto en que tuvimos que parar por temor a montar un desaguisado.Me mordiste la boca, excitada por el peligro del ...