1. Aparcamiento


    Fecha: 02/03/2019, Categorías: Anal Primera Vez Autor: erossade, Fuente: xHamster

    ... momento y me susurraste al oído cuánto te gustaba sentir mi polla dentro de ti. Aún falta lo mejor, pensé yo, mientras te llevaba de esa maldita barca hacia el capó de mi coche y te apoyaba en él con el culo en pompa. Bajé tus pantalones y tus bragas hasta tus rodillas y empujé tu espalda hasta que estuvo horizontal.El primer intento de penetrar tu culo te dolió, supongo que porque no lo esperabas tan directo. Te pregunté si había problema, pero me contestaste que no, que ninguno, que sólo estabas un poco nerviosa. Escupí en mi mano y humedecí con mi saliva el condón que envolvía mi polla, introduje la punta de dos de mis dedos en tu culo para asegurarme que no iba a encontrar mucha resistencia, y repetí la operación.Ese segundo intento ya fue como la seda, mi polla entró dentro de ti y encontró acomodo en el interior de tu culo. No metí nada más que la punta, para no forzar demasiado ni mi suerte ni tu paciencia, y comencé a moverme lenta pero acompasadamente. Mi mano izquierda subió hacia tu cabeza y sujeté con fuerza tu pelo, la derecha se apoyó en tu espalda, y embestí con algo más de fuerza hasta que la mitad de mi polla estuvo dentro de ti.Mientras tu apoyabas tu cara contra el capó de mi coche, yo me movía poco a poco en tu interior. Como en un viaje en la barca que teníamos detrás nuestro, dejándonos llevar por las olas de los sonidos de aquel aparcamiento. Cada vez que alguien salía del centro en busca de su coche, nos deteníamos para escuchar y que no nos ...
    ... escuchasen a nosotros. Cuando el sonido del motor nos indicaba que estábamos a salvo, clavaba mi polla de nuevo en ti provocándote un gemido, a veces sonoro y otras contenido.Estuvimos así un buen rato, hasta que mis ganas de correrme me invitaron a pasar a la siguiente fase. Salí de tu interior y con una mano en tu hombro te invité a ponerte en el suelo, de rodillas, mientras la otra arrancaba de un tirón el condón de mi polla, dejándolo caer vete a saber dónde. Entré en tu boca con tanta fuerza que te produje una arcada, salí de ella para que te recuperases de la impresión y una vez tu mirada me dio tu aprobación, volví a entrar en ella.Dos o tres embestidas y mi leche salió disparada hacia el interior de tu garganta. Te tragaste mi néctar y me relamiste el tronco y los huevos sin dejar de mirarme, tus ojos clavados en los míos mientras mis piernas temblaban por la explosión de placer. Me encantó verte así a mis pies, sumisa y complaciente.Volvimos al interior del coche, a relajarnos un rato. No duró demasiado porque yo tenía que volver al trabajo y tu querías salir fuera a fumarte un cigarro, pero me quedé con la sensación de que los dos teníamos lo que buscábamos aquel día, que habíamos matado el hambre y disfrutaríamos de un buen recuerdo hasta nuestro siguiente encuentro.Ya cuando nos íbamos, recordé el condón tirado en el suelo, la prueba de que habíamos estado allí follando. Te lo comenté y nos reímos, descartando en seguida volver a por él para deshacernos de la evidencia. ...