Mi amigo Jan me sorprendió gratamente
Fecha: 03/03/2019,
Categorías:
Intercambios
Sexo Oral
Autor: fernandete, Fuente: CuentoRelatos
... llenaba toda, luego aceleré un poco el ritmo de la cabalgata, me estaba llevando al cielo del gusto. De repente entra de nuevo al cuarto su compañero Peter mientras yo seguía montada sobre Jan. Algo se dijeron, rieron, y acto seguido Peter arrimó una silla para sentarse enfrente de nosotros y vernos en acción. A mí me daba igual, no sentí pena, estaba desinhibida y mucho muy caliente, incluso la escena me resultó morbosa y excitante. Recuerdo estar cabalgando a Jan al mismo tiempo que lanzaba miradas de lujuria a Peter quien se encontraba sentado disfrutando el espectáculo. Mis ojos se clavaron en su entrepierna, como deseando descubrir lo que guardaba ahí, imaginando si también estaría con buena herramienta como su amigo Jan, se notaba un bulto que crecía debajo de su bóxer. Esos pensamientos y miradas detonaron en mí otro orgasmo más intenso que los anteriores, me convulsioné sintiendo como mi coño se contraía sobre la verga de Jan mientras sus amplias manos apretaban fuertemente mis pechos. Cuando se desvaneció mi orgasmo, me incorporé enseguida, salí de la cama y me fui a hincar los pies de Peter. Rápidamente metí mi mano por debajo de su bóxer y le saqué la verga. Por supuesto que no era igual de grande ni gorda como la de Jan, pero aun así la tenía de muy buen tamaño, era muy linda, con forma curva, circuncidada y con una tremenda cabezota muy grande, desproporcionada al resto de su miembro, parecía un hongo gigante. Sin preámbulos fui a metérmela en la boca (me urgía ...
... chupar un pito) y Peter cerrando sus ojos inclinó su cabeza hacia atrás. Me concentré en darle una buena mamada a su deliciosa pija, creo que le gustaban mucho mis chupadas ya que empezó a gemir fuertemente, eso me excita muchísimo de un hombre, los sonidos y quejidos que hacen cuando les mamo el pito. Sin dejar de comerle la pija de pronto me percaté que yo misma me estaba tocando el coño, tenía los dedos de mi mano derecha entrando y saliendo de mi empapado agujerito. Al cabo de un rato Peter me detuvo, me puso de pie y me giró de modo que quedé dándole la espalda mientras él permanecía sentado. Me abrió las nalgas con sus manos y me dio unos cuantos lengüetazos por la entrada a mi coño. Luego me tomó de la cintura y me hizo sentarme sobre su polla que me la clavé hasta el fondo de un sopetón. Comencé a darme unos sentones violentos, ensartándome su pito una y otra vez de una forma muy deliciosa. Él no se soltaba de mi cintura, la apretaba y me jalaba con fuerza para que la penetración fuera más profunda. Yo estaba extasiada, gritaba a cada embestida y tocaba mis propios pechos y pellizcaba mis pezones. La verga de Peter estimulaba mi vagina de manera fascinante no solo por tener su cabezota frotándome por dentro sino también porque la curvatura de su miembro que aumentaba la fricción en mis paredes vaginales. Volteé a hacía la cama buscando a Jan y miré que estaba pajeándose aceleradamente viendo cómo me follaban. Se había removido el condón y se masturbaba la vergota con ...