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La cabina
Fecha: 05/03/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... un teatro en el centro de Barcelona. Mónica estaba muy guapa. El vestido color burdeos que había escogido para esa noche ensalzaba sus caderas y su pecho. El vestido acababa justo sobre sus rodillas dejando a la vista unas piernas preciosas con medias obscuras. Había escogido unos botines de ante negros con tacón que ponían la guinda a un pastel que prometía ser dulce y apetecible. -Estas preciosa (le dije mientras la besaba) Ella, sonrió. Fuimos a ver un musical que llevaba semanas insistiendo y aunque yo no soy mucho de musicales…… éste me gustó. Allí nos bebimos una copa de cava y durante la función nuestras manos se entrelazaban acariciándose. Sobre las 22h fuimos a cenar por allí cerca. La cena estuvo muy bien. Charlamos distendidamente y entre risas y picoteo nos habíamos bebido sin darnos cuenta nos una jarra de sangría de un litro y medio. Poco después le propuse ir a tomar una copa a un local cerca de allí. El local está en la calle Aribau y es uno de esos sitios donde puedes hablar tranquilamente mientras te bebes una copa. Así estuvimos un buen rato, riéndonos juntos, intercambiando miradas y besándonos de vez en cuando. Mi esposa estaba distendida, sin estar borracha si se le notaba algo más deshinibida. -Mónica, deseas que vayamos a otro sitio? (le pregunté) -¿A dónde? (dijo desconfiada y sonriendo) -Tranquila…estaremos solos. Me miró como la que no acaba de fiarse pero acabándose de un trago su mojito dijo: -¡Vamos! (y estiró su mano hacia mi) Pagué, cogimos las ...
... chaquetas y salimos. Fuimos paseando hasta un sex shop de la gran via. Es un local que tiene cabinas para parejas solas entre otros servicios. Ella de mi mano miró la entrada del local y me dijo: -¿quieres entrar aquí? En un principio no le hizo mucha gracia pero accedió a acompañarme dentro. Una vez dentro la luz era bastante tenue. Sonaba música chill-out de fondo y el aroma era de una especie de canela o incienso. Dentro pasamos por delante de unas cuantas cabinas algunas de ellas cerradas con un led rojo sobre la puerta que supongo significaría ocupada. Nos dirigimos al mostrador del fondo donde había sentado frente a un ordenador un hombre que al vernos se sorprendió gratamente. Nos sonrió, no sin antes obsequiar a mi mujer con un discreto repaso visual desde su posición que ella no pareció notar lo más mínimo. -¿Nos gustaría usar una cabina…cual podemos usar? (le pregunté) -Depende lo que queráis hacer pareja… de la 1 y la 4 normales de la 4 a la 8 son glory hole -Hombres solos 15 euros y las parejas son gratis (contestó con un sonrisa picara) Mónica que no pareció haber escuchado las indicaciones me seguía a la cabina que escogí. Dentro de la cabina el espacio era bastante reducido, prácticamente rectangular y con un sillón de madera y polipiel marrón frente a un televisor que emitía porno. En concreto una escultural mujer rubia le estaba chupando la polla a un negro mientras un tío gordo (aparentemente su marido) se la follaba a cuatro patas. En un lateral de la tele ...