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La cabina
Fecha: 05/03/2019, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... había un pequeño habitáculo con toallitas húmedas y el mando con los canales (supongo). También había un tubito de vaselina. La pared interior de la cabina, la que estaba frente a la puerta de entrada a la misma tenía dos orificios redondos pequeños separados. En ese momento pensé que quizás deberíamos cambiar de cabina puesto que no era esa la que mi esposa deseaba y yo tenía muy claro para que era aquello. Me fijé en Mónica, mi esposa, y al darme cuenta de que ella no había reparado en ese detalle decidí quitarme la chaqueta y dejarla intentando taparlos lo máximo posible. Ella, ajena a eso, se quitó el chaquetón y lo dejó a un lado junto a la mía. Y entre las dos apenas tapamos uno de los agujeros. Después, mi esposa, curiosa por no haber estado nunca en un lugar así se sentó en aquella butaca y recostando su espalda me dijo: -Es comoda (mientras acariciaba los reposabrazos de polipiel) Abrió relajadamente sus piernas y sabiendas que no podía ser observada y me miró. Yo sin más preámbulos me agaché sobre ella y la besé en los labios. Al incorporarme de nuevo me di cuenta que la cabeza de mi esposa estaba a la altura de la botonera de mi pantalón, algo que también ella apreció. Mónica, mirándome comenzó a desabrochar lentamente los botones de mi pantalón. Acariciaba mientras mis huevos y mi polla que ante esa situación estaba a punto de reventar. Ya solo que mi esposa estuviese decidida a iniciar una relación en un lugar como aquel superaba mis expectativas. Cuando me ...
... desabrochó el ultimo botón de mi pantalón me lo bajó hasta las rodillas, bajó después mi short y cogiendo suavemente mi polla empezó a pajearme. Durante un minuto mi esposa me estaba masturbando en esa cabina sin pensar en nada. Yo que deseaba tocarla le pedí que me dejase sentar a mí. Mónica se levantó y aprovechó para sacarse los botines y de paso las medias colocándolas sobre las chaquetas. Me senté en aquel sillón y mi esposa se puso a cuatro patas frente a mi polla. Yo me quité los pantalones y el short y entre excitado y nervioso miré la puerta de la cabina comprobando que habíamos echado el cerrojo y no tendríamos visitas inesperadas. Eso hizo que me relajase del todo. Mi esposa, Mónica a cuatro patas frente a mi comenzó a chuparme la polla lentamente. Jugaba con su lengua en mi glande como a veces solía hacer en casa pero hoy era muy diferente. De vez en cuando repasaba el tronco de mi rabo con su lengua para volver a introducir aquel trozo de carne dentro. Yo como podía acariciaba sus pechos. Pero me resultaba difícil así que ella decidió levantar su vestido hasta la cintura y se sentó sobre mí comenzando a besarme. Yo, agarraba su culo con las dos manos, acariciándolo y apretándolo con fuerza. Sabia que eso la ponía cachonda. Aunque aún no la había penetrado ella estaba muy excitada y había empezado a gemir puesto que movía su cadera sobre la mía y eso le estaba provocando un placer increíble. Metía mis manos después por dentro de su vestido sacando sus pechos del ...