Hijas del Sol Naciente p3
Fecha: 05/03/2019,
Categorías:
BDSM
Fetichismo
Autor: pepejuxn, Fuente: xHamster
... desnudo en mi habitación, sujetándome con fuerza las muñecas con una sola de sus manos. Lo imaginé abalanzándose sobre mí, abriendo mis piernas contra mi voluntad… y forzándome con potencia, metiéndome hasta el último centímetro de su pene mientras tapaba mi boca con su mano, impidiéndome gritar para pedir ayuda. Mientras pensaba en ello noté un escalofrío en el muslo. Estaba tan húmeda que mi sexo había empezado a chorrear entre mis piernas. Introduje un dedo en mi vagina, luego otro, y otro más, y lentamente me masturbé, mientras en mi imaginación mi esclavo seguía follándome, y riéndose a carcajadas de las lágrimas que caían de mis ojos. Después él me agarraba por la cintura y me daba la vuelta de un solo empujón, y yo quedaba boca-abajo, intentando salir de la cama, pero el me agarraba y me llevaba otra vez hacia él. Entonces con dos dedos abría la entrada de mi culo, y de una fuerte embestida destrozaba mis entrañas con su enorme verga. En mi fantasía quería gritar, pero no podía, apenas podía respirar. – Paró un momento de hablar, mirando al vacío como si tratase de recordar. – Te lo juro Juriko. En ese momento, con esa imagen metida en mi cabeza, llegué al clímax por primera vez en mi vida. Fue un orgasmo largo, salvaje… húmedo.Excitado por el relato, yo había intensificado mi adoración, y ahora devoraba los pies de la princesa con largos lametazos, comenzando por los extremos de sus dedos y llegando a los tobillos. El sabor de su perfume resbalaba por mi garganta, ...
... pero, absorta en la confesión de su amiga, mi ama apenas notaba mis atenciones para con ella. La señorita Lydia siguió hablando.– Después de aquella noche, y durante unos días, ya no me acostaba con mi esclavo. En lugar de eso le ordenaba que posase para mí durante todo el día, y por la noche me encerraba en mi cuarto y me masturbaba. Pero pronto aquello dejó de bastarme. Deseaba conocer si sería capaz de realizar mis secretas fantasías. Incluso compré un enorme vibrador, el más grande que pude encontrar. Porlas noches me arrodillaba, con los ojos cerrados, imaginando que lo hacía frente a mi esclavo. Y metía aquel aparato en mi boca, lo chupaba, recorría con mi lengua cada centímetro. Después me imaginaba a mi esclavo poniéndose detrás de mí, y sin piedad me destrozaba el culo con aquella cosa enorme. Ni siquiera sentía ningún placer. Sólo dolor. Pero era eso lo que yo quería; quería sentir cómo mi esclavo me dominaba, como me hacía daño, y me dolía tanto que luego apenas podía sentarme, y tenía que dormir boca-abajo.– Durante varios días seguí con aquel ritual, hasta que, desesperada, una noche me llevé al esclavo a mi cuarto. Me encerré allí con él, y le ordené lo que debía hacer, paso por paso, hasta cumplir mi fantasía. Lo cierto es que aquello superó todas mis expectativas. A diferencia de cuando me satisfacía yo sola, ahora no podía dejar de penetrarme cuando el dolor era insoportable. A pesar de mis gritos, y por orden mía, mi esclavo seguía sodomizándome, hasta que caía ...