LA HISTÓRIA DE MONTSE FERNANDEZ
Fecha: 07/03/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Sexo Duro
Voyerismo
Autor: reininblack, Fuente: xHamster
... de las intensas sensaciones transmitidas por medio desus toques.No tardó David Brown ni cinco minutos en empezar a lanzar aullidos que más seasemejaban a los lamentos de una bestia salvaje que a las exclamaciones surgidas depulmones humanos, para acabar expeliendo semen en grandes cantidades a través de lagarganta de la muchacha.Montse Fernández retiró la piel del dardo para facilitar la emisión del chorro basta la última gota.El fluido de David Brown era tan espeso y cálido como abundante. y chorro tras chorroderramó todo el líquido en la boca de ella.Montse Fernández se lo tragó todo.—He aquí una nueva experiencia sobre la que tengo que instruirte, hija mía —dijo elSuperior cuando, a continuación, Montse Fernández aplicó sus dulces labios a su ardiente miembro.—Hallarás en ella mayor motivo de dolor que de placer, pero los caminos de Venusson difíciles, y tienen que ser aprendidos y gozados gradualmente.—Me someteré a todas las pruebas, padrecito —replicó la muchacha—. Ahora yatengo una idea más clara de mis deberes, y sé que soy una de las elegidas para aliviar losdeseos de los buenos padres.—Así es, hija mía, y recibes por anticipado la bendición del cielo citando obedecesnuestros más insignificantes deseos, y te sometes a todas nuestras indicaciones, porextrañas e irregulares que parezcan.Dicho esto, tomó a la muchacha entre sus robustos brazos y la llevó una vez más alcofre acojinado, colocándola de cara a él, de manera que dejara expuestas sus desnudas yhermosas ...
... nalgas a los tres santos varones.Seguidamente, colocándose entre los muslos de su víctima, apuntó la cabeza de sutieso miembro hacía el pequeño orificio situado entre las rotundas nalgas de Montse Fernández, yempujando su bien lubricada arma poco a poco comenzó a penetrar en su orificio, demanera novedosa y antinatural.—¡Oh, Dios! —gritó Montse Fernández—. No es ése el camino. Las-....... ¡Por favor...! ¡Oh, porfavor...! ¡Ah...! ¡Tened piedad! ¡Ob, compadeceos de mí! . . . ¡Madre santa! . . . ¡Memuero!Esta última exclamación le fue arrancada por una repentina y vigorosa embestida delSuperior, la que provocó la introducción de su miembro de semental hasta la raíz. Montse Fernándezsintió que se había metido en el interior de su cuerpo hasta los testículos. 31 de 107Pasando su fuerte brazo en torno a sus caderas, se apretó Contra su dorso, y comenzóa restregarse contra sus nalgas con el miembro insertado tan adentro del recto de ella comole era posible penetrar. Las palpitaciones de placer se hacían sentir a todo lo largo delhenchido miembro y, Montse Fernández, mordiéndose los labios, aguardaba los movimientos del machoque bien sabía iban a comenzar para llevar su placer hasta el máximo.Los otros dos sacerdotes veían aquello con envidiosa lujuria, mientras iniciaban unalenta masturbación.El Superior, enloquecido de placer por la estrechez de aquella nueva y deliciosavaina, accioné en torno a las nalgas de Montse Fernández hasta que, con una embestida final, llenó susentrañas con una ...