Móviles -8 y final
Fecha: 05/09/2017,
Categorías:
Dominación
Autor: perrofiel, Fuente: CuentoRelatos
Abro la puerta de la oficina y me encuentro con Laura, sentada en su silla, con el móvil entre las manos. Levanta un segundo la vista y me saluda. Le doy los buenos días y me dirijo al despacho. Últimamente llega siempre antes que yo, supongo que por algún deseo expreso de Usted. Dejo las cosas, quitándome la americana. Justo cuando voy a poner la cam me llega un mensaje de Usted, mi Ama. No he recibido ninguna petición Suya antes de salir de casa, por lo que después de desearle que tuviera un gran principio de día, me he vestido “normal “y he venido al despacho con la indumentaria típica que hasta no hace tanto solía vestir. -No abras el tercer cajón de tu mesa. Ahora a trabajar -su mensaje es escueto, aunque ya siento la energía de Su presencia -. -Si Señora -no sé qué más añadir, solo deseo complacerla. Pongo la cam y empiezo a trabajar. Al poco rato, me preparo para salir a hacer unas gestiones. Se lo comunico, deseándome que tenga suerte y me pide que haga algo antes de salir. Me pongo la chaqueta, cojo el maletín y, despidiéndome de mis compañeras salgo de la oficina, entro en el aseo y ya me llevo la primera sorpresa: en el pomo, dentro, está el sujetador de Laura que había llevado puesto y que le devolví al día siguiente, junto a las demás prendas suyas. No tengo ninguna petición de Usted de lo que debo hacer con él, por lo que lo dejo allí, aunque mi primera reacción había sido cogerlo. Entro en el reservado, bajo los pantalones y el bóxer e inclinándome hacia ...
... delante doy cinco azotes fuertes en cada nalga, resonando en el reducido habitáculo, deseando que no se hayan escuchado fuera. Hago una foto con las nalgas enrojecidas, calientes, con la respiración alterada por el ruido y por el uso que me da cuando y donde desea. Le envío la foto en el momento que se abre la puerta de los aseos. Contengo la respiración y oigo la voz de mi compañera. -¿Éstas bien? -no es Laura. La vergüenza me invade. Las mejillas se encienden. -Si -le digo desde dentro del reservado. Apenas me sale la voz, alterada nerviosa -. Estoy bien gracias. -Es que he oído ruido y no sabía si eras tú o si pasaba algo. Espero un par de minutos, para tranquilizarme. Cuando tengo el convencimiento de que se ha ido, salgo del reservado. Y allí está aún. Expresión de preocupada y de sorpresa. "Sí que lo disimulo bien", pienso, convencido de que mi expresión delata algo que ella ni sabe. -¿Te dejabas esto? -pregunta sacando la mano de detrás de Su espalda, mostrándome el sujetador cogido por uno de sus extremos, colgando en el aire. -Gracias -iba a decirle que no es mío. Pero lo que pudo ver no era como para estar buscando otras salidas, y mucho menos como para decirle que es de Laura. Los colores vuelven a subir en mis mejillas mientras extiendo el brazo para cogerlo. Lo mueve muy ligeramente, y agitando la prenda en el aire acierto a cogerlo. -Estas cosas no se pueden olvidar en cualquier sitio. Quien sabe quién podría entrar. Deberías tener más cuidado -se da media vuelta y me ...