1. VIVENCIAS VI


    Fecha: 08/03/2019, Categorías: Hetero Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues

    ... llegamos recibió una llamada en su celular y se metió a su privado, yo estaba muy caliente y me quede sola en la camioneta. Pedro salió enojado de su privado, le dijo algo a Jacinto y se fue caminando. Yo no entendía, por lo que le pregunté a Jacinto que había pasado y sólo me dijo: "le llamó su esposa, me dijo que no va a venir en dos días y que guardara la camioneta, que tú ya podías irte a descansar. Me sentí aliviada, me despedí de Jacinto nuevamente con un beso y dándome media vuelta comencé a caminar, era pronto y decidí llamar a mi hermano al fin no estábamos muy lejos de donde realizaba sus prácticas. Bueno Toño donde estas, estoy cerca del lugar de tus prácticas que dices nos vamos juntos a casa o que, ok espérame en la parada de villa hermosa en unos minutos llego ok ahí te esperare. Llegado mi hermano nos situamos en el andén, a esperar el metro. El tren llegó y de inmediato, la muchedumbre se arremolinó cerca de las puertas. Al abrirse, como impulsados por una catapulta, fuimos levantados en vilo por la masa de gente que querían abordar; sobra decirles que casi luego, luego, sentí varias manos que se apoderaban de mi culo y de mis muslos. En la confusión, quedé algo retirada de mi hermano pero él logró situarse cerca de mí después de bastante esfuerzo, aunque eso no fue suficiente para que las manos dejaran de tocar mi anatomía y para evitarle problemas a Toño, opté por callar el manoseo del que era presa en ese atestado vagón. Yo llevaba aquel pantalón de tela ...
    ... bastante delgada, por lo que sentía claramente las manos que palpaban a conciencia mi trasero, especialmente una mano que tomaba gran interés en mis nalgas pero no descuidaba el delinear mi tanga en la parte alta, ya saben, la única que se puede sentir, ya que la tira de en medio, desaparece entre las nalgas. Al principio, yo sólo sentía tímidos roces de la mano en mi anatomía pero bastaron pocos minutos para que, una vez habiendo cogido confianza, me frotara descaradamente con la palma abierta, las carnes de mi culo, apretándome una nalga, para después pasar a la otra. En cierto momento, se metió bajo el pantalón y comenzó a palpar mi delgada tanga, entre los dos cachos de carnes de mis nalgas, ya que ese día no me puse medias, logrando tomar la delgada prenda y estirarla a tal grado que logró hacerla hacia un lado, no por completo pero sí lo suficiente como para, en lugar de estar en la raja del trasero, descansara alegremente en uno de mis preciosos glúteos. A espaldas de mi hermano aquel tipo que sigilosamente me magreaba desabrocho el pantalón bajándolo a la altura del inicio de mis nalgas, como si eso hubiese sido un imán varias manos me tocaban, me imagino la cara de asombro de más manoseadores al notar que no existía algún estorbo entre sus manos y mis calientes carnes. Para mí, era increíble sentir varias manos desconocidas y anónimas, recorriendo de arriba abajo, mis piernas, mis nalgas, mi tanga, ya que casi de inmediato, una mano se posó en mi abultado sexo, para ...