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Viva el fútbol
Fecha: 10/03/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... veraniegas, por lo que me puse hacia el lado contrario de donde ella miraba para que acercarle el cipote a la cara con tanto descaro, puesto que su marido estaba en el piso de abajo y podría subir en cualquier momento, pero intentaba controlar los "¡UYYYYY!" de los maridos y el sonido del calentador de agua de Natalia que se estaba duchando. Tan concentrado estaba que no noté que Laura había girado la cara y tenia los ojazos abiertos mirando aquel bulto. No hubo palabras, ni miradas. Acercó sus dedos al tronco del pene y presionó ligeramente, a mi me vino un espasmo que perdí el ritmo del masaje que le estaba dando y paré. Le acaricié la cabeza y ese precioso pelo negro azabache. Los maridos gritaban "¡Penaltyyyy!!!" Bajo la goma de las bermudas y con la polla delante de su cara dijo: "¡Maldito Fútbol!!" Y se la metió dentro. ¡Que suavidad, que delicia de boca! La mamada de Laura me traslado a otro planeta. Sus labios recorrían mi verga y parecía que iba a marearme. "¡Viva el Fútbol!" Pensaba yo, que intentaba cambiar de postura sin sacarle el rabo de la boca. Pensaba en el cornudo de Juan y lo veía aun mas fanfarrón, por que mientras ...
... su mujer me la chupaba de maravilla, el estaba atontado delante de la tele. Recordaba la noche anterior cuando dijo que a Laura le faltaba apetito sexual. "Será para ti, cornudo cabrón, por lo menos mi polla le gusta" "¡GOOOOOOOOOOL!" Mientras yo vertía el semen en los labios de Laura me imaginaba a su marido cabrón saltando con su barriga cervecera y su camiseta sudada. ¡Que guapa que estaba con los labios untados de mi esperma! Me miraba y sonreía mostrando aun mas sus dientes blancos perfectos de los cuales colgaban hilos de semen. Me la metió en las bermudas, se limpió los labios con un pañuelo de papel y se levantó. Estuve todo el día sin limpiármela, me acariciaba el pene que me había quedado muy suave por la saliva de ella. Cuando salimos a comer al restaurante vi como guardaba el pañuelo de papel. Tenia restos de semen en la boca cuando le dio un beso a su marido, y utilizó el pañuelo de papel para pasárselo por los labios mientras comíamos todos juntos. Os juro que cada vez que se pasaba ese pañuelo por la boca delante de todos se me volvían los ojos blanco. Ahora creo que se han separado, pero a Laura no la he vuelto a ver.