Disfrutando a mi amiga cristiana
Fecha: 25/10/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Juan Pablo Cast, Fuente: CuentoRelatos
... que me despertaba Juliana. Ella suspiraba profundo y movía sus caderas como buscando mayor contacto con mi lengua. Notaba como su sexo lubricaba y yo probaba el sabor de esos líquidos exquisitos que me volvían loco. Use mi mano izquierda y metí mi dedo índice por su vagina. Ella jadeó y empezó a gemir suavemente, lo cual me ayudó a descubrir su punto G, el cual estimulaba, esta vez con mis dos dedos, haciéndole caricias mientras Juliana se mojaba más y más ante mí. Ella parecía desesperada; jadeaba continuamente y movía sus caderas ansiosa, cambiaba de lado constantemente su cabello y sólo repetía: mmmmm si, si, así… Yo seguía dándole dedo, esta vez con mi dedo gordo y pasándole mi lengua para que no se perdiera ni una gota de sus jugos vaginales cuando de un momento a otro, ella se arquea y empieza a temblar, veo como de su chocho empieza salir un líquido aún más espeso y constante, se había venido en mi cara, suspira profundamente y la escucho decir, “ay métemela por favor, métemela, si esto es nomas con dedos imagínate penetrándome…” Yo me coloco detrás de ella y acomodo mi pene en la puerta de esa fosa del placer; la sujeto con fuerza de sus caderas y empiezo a penetrarla. “Suave, suave, asiiii” me decía mientras yo iba guardando mi verga en su vagina. Empecé a metérselo y a sacárselo despacio; mis manos recorrían toda su espalda y acariciaban su cabello; cuando la pude meter por completo ella emitió un suspiro que inundó la habitación: era mi señal para embestirla con ...
... buen ritmo. Hice un nudo de su cabello en mis manos y empecé a cogerla con fuerza, mi verga entraba y salía de su vagina constantemente mientras se escuchaba el golpear de mi abdomen con su cola cada vez más duro; yo sentía que quería atravesarla, me sentía muy cachondo, mi pene estaba a full y con mi mano que agarraba sus caderas ya sentía que aruñaba su piel de la fuerza que la clavaba. Ella gemía fuerte, y yo quería más, sobretodo ver esos senos enormes que aún no había podido ver, solo tocarlos por encima de su ropa. La voltee, recostándola en el sofá, besé sus labios con delicadeza mientras le quitaba la blusa: tal como había pensado, no llevaba brasier. Eran unas tetas grandes, redonditas y el aro de sus pezones era pequeño, rosado y delicioso. Lamia uno y con mi mano apretaba un poco el otro pezón, al punto de pellizcarlo con suavidad. Seguí haciéndolo por largo rato hasta que me acomode al borde del sofá cama, la acomodé recostada frente a mí, puse sus piernas en mis hombros y de nuevo a partirla, esta vez con la vista de sus senos y su cara frente a mí, sus gestos, la forma como cerraba sus ojos y se mordía los labios me volvía loco, sus senos brincando al ritmo de cada embestida… estaba disfrutando de lo lindo cogerme a Juliana, sacando esa fiera en celo que se escondía detrás de esa niña recatada e introvertida y eso me gustaba. Continué dándole con más fuerza hasta que sentí que no podía más… Saque mi verga de su húmeda vagina, mojada de sus líquidos vaginales y ...