El librero
Fecha: 11/03/2019,
Categorías:
Gays
Autor: capata, Fuente: SexoSinTabues
Me entrego al librero en su establecimiento Hola, me llamo Alfredo tengo 45 años, soy el marido de Alba, mido 1,75 centímetros, peso 70 kilos, pelo castaño corto, trabajo en el mundo de la banca. Los lectores ya me conocéis de relatos anteriores con mi mejor amigo Oscar, aunque esta historia surgió accidentalmente. Salí de la oficina, era tarde y llovía a mares. Mi esposa se encontraba en Berlín y Oscar, mi mejor amigo y amante ocasional, tenía que atender sus obligaciones familiares. Una ráfaga de aire destrozó mi paraguas, maldije para mis adentros mientras intentaba guarecerme debajo del toldo de una librería. La lluvia y el frío arreciaban mientras miraba despreocupadamente el escaparate, me decidí a entrar, una oleada de calor invadió mi cuerpo haciéndome sentir muy reconfortado. Había una decena de personas en el local, detrás del mostrador se encontraba el dueño, alrededor de sesenta años, pelo plateado, muy alto y muy elegantemente vestido. Vagué sin rumbo por las diferentes secciones de libros, deteniéndome especialmente en los referentes a economía y ciencia económica aplicada. No estaban actualizados y sus autores no comulgan precisamente con mis ideas en lo referente a ese tema. Acabé en la sección de sexología y literatura erótica, un título me llamo especialmente la atención “Estudios sobre la bisexualidad y sumisión”, lo cogí del estante y comencé a leerlo con interés. No se el tiempo que estuve ojeándolo pero pasado un rato una mano se posó sobre mi hombro ...
... asustándome: disculpe caballero es la hora de cerrar. - Lo siento contesté, se me ha pasado el tiempo sin darme cuenta, no quiero molestar, me llevaré este libro. El propietario leyó el título, vaya, vaya, que es lo que tenemos aquí dijo sonriéndose. Me ruboricé como un adolescente sorprendido in fraganti. - Me llamo Julio xxxxx dijo el propietario presentándose. Estrechamos nuestras manos, la suya era cálida, suave y fuerte, me hizo daño con su apretón. - Bisexualidad y sumisión son temas muy excitantes, sobre todo en un matrimonio, veo que Ud. está casado y porta una muy llamativa alianza dijo Julio. Apenas pude balbucear una respuesta ilegible agachando la cabeza. - Deduzco por su actitud que Ud. es sumiso, preguntó Julio. No contesté. Julio giró a mi alrededor y se puso a mi espalda. Su boca se acercó a mi oído, notaba su respiración ciertamente agitada y su aliento a tabaco. - Eres un putito verdad, volvió a insistir. Mi pollita empezó a dar señales de vida y líquido preseminal empezó a manchar mi boxer, aún así no pude contestar. Julio se percató de mi excitación. Sus fuertes manos se posaron sobre mis hombros, se deslizaron agarrando las solapas de mi americana, tiró de ellas y cayó al suelo. El hombre mordisqueó el lóbulo de mi oreja y un pequeño gemido salió de mi boca. Sus manos pasaron por debajo de mis axilas atrapando mis tetillas. - Podría vernos cualquiera dije intentando escapar de su fuerte abrazo. - La librería está cerrada y la verja bajada, te voy a dar lo ...