Entregando a Lorena 20
Fecha: 18/03/2019,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Voyerismo
Autor: aristurman, Fuente: xHamster
... suerte casi no lo noté como m*****ia.Mientras esperaba boca abajo, escuché que dialogaba con mi mujercita.“Usted no tuvo malestares, señora?”Lorena respondió que no sufría ningún dolor ni nada parecido.El termómetro reveló algo de temperatura, explicando el médico que ello podía ser debido a una intoxicación estomacal.“Su esposo está intoxicado, creo que lo mejor sería revisarla a Usted también” Le dijo a mi dulce mujercita, con una mirada algo lujuriosa.Lorena ya sabía que el único propósito del médico era manosearla un poco y eso naturalmente la excitó más todavía, Podía notarlo en su mirada de deseo.Ella se sentó en la cama apoyando la espalda en la cabecera y se levantó la camiseta de algodón, mostrando sus hermosas tetas. El médico comenzó a palparle el estómago, pero muy disimuladamente fue bajando su mano hasta perderse entre los muslos abiertos de Lorena. Ella lo notó y por supuesto, le gustó.“Por favor, quítese la pollera, así podré examinarla mejor”.En dos segundos Lorena estaba no solamente sin la pollera, sino también hizo desaparecer su breve tanga roja. Pude ver sus labios vaginales bien dilatados y brillando bajo la luz; estaba tan caliente que se había humedecido casi sin tocarse.“Abra un poco las piernas, no tenga vergüenza, recuerde que soy médico”.La hizo voltear boca abajo para tomarle la temperatura rectal. Pude ver de reojo que untaba el termómetro con vaselina, pero antes de introducírselo, le metió un dedo en el ano. Ella se quejó con un suspiro ...
... ahogado, más por la sorpresa que por otra cosa.“Le hago daño?” Preguntó el muy turro, ahora con dos dedos metidos en el culo.“No, doctor”. Respondió ella, casi inaudible debido a su terrible calentura.Lorena arqueó la espalda y levantó su hermoso firme culo, regalándole una vista impresionante al tipo, que a esta altura se tocaba su verga con la mano libre…Mi mujercita se mecía ahora al ritmo del mete y saca de los dedos del médico.“Me parece que Usted tiene la cola demasiado abierta; el termómetro no va a servir así, tendré que tomarle la temperatura rectal al tacto, le parece bien?”Lorena me miró a los ojos, mientras se mordía el labio inferior.“Adelante doctor” Dije yo, sin poder creer lo que estaba por venir.Ella dejó escapar un breve grito de placer, lo que hizo que el tipo metiera y sacara sus dos dedos a un ritmo infernal, mientras ella se contorsionaba como loca.El tipo me miró diciendo: “Me parece que su señora tiene fiebre en la cola, porque se nota que está muy caliente adentro”. Sus dedos entraban y salían con frenesí.“También siento que tiene muy caliente la vagina”. Dijo, mientras con el pulgar hurgaba la humedecida conchita de Lorena.A esta altura mi esposa ya había enterrado su cara en la almohada y gemía de placer como una verdadera perra en celo; yo conocía bien esos gemidos y jadeos.“Si Usted me permite, yo podría efectuarle un tratamiento efectivo que su esposa necesita para que le baje la fiebre vaginal y anal”. Me dijo con algo de sorna.Ella, como sabiendo que ...