1. Mi odioso vecino se coge a mi esposa


    Fecha: 19/03/2019, Categorías: Masturbación Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... su falda, acaricié sus muslos y posé mi mano sobre su concha apenas cubierta por una diminuta tanga de seda negra. Anita estaba totalmente empapada.Gracias a unas cuantas margaritas y a mis caricias; Ana estaba realmente muy caliente y excitada. Entramos al palier de nuestro edificio y al llegar al ascensor, una voz saludó desde atrás.De repente apareció Oscar por detrás de nosotros.Entramos los tres y Oscar se pegó a la espalda de mi mujer.Yo no hice nada, me limité a observar. Oscar de forma descarada le apoyaba el enorme bulto contra el culo a mi mujercita.Ana no decía nada, me miró y yo no supe que decir. Oscar empezó a refregar su verga contra el culo de mi esposa. Envalentonado por nuestra pasividad sus manos se posaron en la cintura de Anita. Una de sus manazas fue descendiendo hasta la abertura de su falda sin que mi esposa hiciese nada. Abrió un poco la abertura de la falda y posó su mano en el muslo de mi mujer. Ella no dijo nada, yo tampoco.La mano Oscar subió por el muslo de mi esposa hasta desaparecer de mi vista. Por sus movimientos noté que pugnaba por introducirse dentro de la tanga de seda negra. La otra mano se deslizó por debajo de la axila de Ana atrapando una de sus magníficas tetas. Mi esposa empezó a gemir mientras yo comencé a tocarme la verga por encima del pantalón.“Te gusta, putita?” Susurró Oscar al oído de mi esposa.Ella no dijo nada pero un leve gemido escapó de sus labios.“Estas totalmente empapada, putita… así me gusta” Dijo sonriendo.“Ahora ...
    ... voy a cogerte en tu propia cama, delante de tu marido cornudo…”Salimos del ascensor, Oscar llevando a Ana por delante, con sus manos metidas en la humedecida concha de mi mujercita y en sus tetas. Ella no paraba de gemir y jadear.Apenas entramos en nuestro departamento, Oscar empujó a Ana al centro del comedor. De un solo manotazo desgarró el vestido de fiesta y lo arrancó del delicado cuerpo de mi mujercita.Anita se quedó vestida solamente con su diminuta tanga negra y los zapatos de taco alto, tratando de cubrirse sus firmes tetas.Oscar nuevamente se abalanzó sobre ella y le hizo separar las piernas, metiendo otra vez su enorme mano entre esos hermosos muslos. Le arrancó la tanga de un tirón y deslizó sus gruesos dedos en la concha de mi delicada esposa.“Ahora vas a pedirme que te coja en tu propia cama matrimonial, delante del cornudo de tu marido, pedazo de puta!” Le gritó Oscar sin dejar de masturbarla con sus brutales dedos…Ana no contestó, gemía y jadeaba como una perra.“Vas a pedírmelo… a suplicármelo, perra…” Insistió Oscar.Mi esposa seguía sin contestar; solamente jadeaba y sollozaba.Oscar insistió, sin dejar de masturbar brutalmente a mi mujercita.“Por favor,,, quiero que me cojas… que me montes como a una yegua”.Oscar se rió. Tomó la mano de Anita y la restregó contra su enorme bulto. Mi vecino desabrochó los botones de su pantalón e introdujo la mano de mi mujer dentro de su bulto.En ese instante, Ana se arrodilló delante de mi detestable vecino e intentó mamar esa ...