Asomada a la ventana
Fecha: 19/03/2019,
Categorías:
Anal
Voyerismo
Autor: malebens, Fuente: xHamster
... último hombre, el mismo antes que se había masturbado."Por favor, dame por la concha" le rogué con una mirada provocadora, esperando que tal vez una buena cogida podría llevarme a alcanzar otro orgasmo.Enterró su pija en mis profundidades, haciéndome gemir de sorpresa al notar que su tamaño era mucho más grande que el de sus amigos. Mi vagina le dio una cálida bienvenida, acomodándose rápidamente a la intrusión.Ya no me importaba el hecho de haber sido violada, ni que estuvieran filmando todo, ahora solamente quería gozar y acabar en un buen orgasmo sobre la verga de este cuarto desconocido que me cogía. Seguía observando mientras tanto a mi adorado esposo tres pisos abajo, pero eso me excitaba más y más todavía.El hombre deslizó sus manos por dentro de mi camiseta hasta tocar mis pechos y comenzó a acariciar suavemente mis endurecidos pezones, lo cual agregó un poco más de excitación a la oleada de placer que ya comenzaba a invadirme.Sentía que estaba a punto de perder el control, aullaría fuertemente como una perra en celo y todo el mundo iba a notar lo que estaba sucediendo en esa ventana.Repentinamente sentí un calor interior que subía desde mi sexo, comenzando a jadear mientras mi segundo orgasmo iniciaba su aparición. Levanté mi cabeza hacia ...
... atrás, al mismo tiempo que dejaba escapar un prolongado grito de placer, denotando que había alcanzado el orgasmo en plena violación. Unos segundos después, el hombre llegaba también a su propio placer, vaciándose en el fondo de mi maltratada vagina.Los cuatro hombres se vistieron, regodeándose por el buen rato que habían pasado y me recordaron que, si los denunciaba, ellos alegarían que yo los había hecho entrar a mi habitación, provocando luego toda la situación. Además, la filmación podría llegar a circular en internet.De todas maneras, no pensaba decir nada. No era capaz de enfrentar a mi esposo y contarle todo lo que me había sucedido. Me dirigí rápidamente al baño, donde llené la bañera para un buen momento de relajación en agua caliente. No podía creer que había sido forzada por un grupo de hombres y que había disfrutado el momento tanto como ellos. Comencé distraídamente a acariciar mi inflamado clítoris, mientras recordaba la violación, hasta alcanzar un nuevo orgasmo, esta vez sin reprimir unos profundos gemidos y jadeos, con toda libertad y naturalidad.Pensé qué podría hacer con mi esposo para compensar mi sentimiento de culpabilidad por haber disfrutado y gozado, pero entonces me dije que le haría una buena fellatio y con ello quedaríamos a mano.