1. Mami qué será lo que quiere el negro


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Primera Vez Sexo Interracial Autor: Fireinyourbed, Fuente: xHamster

    ... gustaba, y yo, y yo… Me sentía en lejanos planetas en los que mi excitación y placer eran infinitos…De pronto, sentí un gemido, como una queja que venía de la otra habitación, era la voz de Marta, una especie de gemido seguido de un grito de dolor y unos chillidos que cesaron enseguida, y me di cuenta de que Pangwo ya se la había metido en ese momento, la acababa de penetrar y desvirgar, tal vez le había hecho más de daño que Kenwotu a mi… Iban más retrasados que nosotros, tal vez Pangwo se había deleitado más lamiendo su tarta de fresas con nata y por eso había tardado más en metérsela a Marta que Kenwotu a mi …Sí, seguro que Kenwotu y Pangwo estaban disfrutando monstruosamente con nosotras, desvirgar y follarse unas guapas chavalas adolescentes sin que nos quejásemos, sin que nos sintiésemos violadas para nada, no era lo mismo que hacerlo con sus habituales putas guerreras de discoteca… Marta volvió a gritar, me imaginé a Pangwo moviéndose encima de ella igual que Kenwotu lo estaba haciendo encima de mi, seguro que le hacía lo mismo, metérsela y casi sacársela, metérsela más adentro y afuera otra vez, adentro y afuera… Marta gimió de nuevo, pero ahora era una especie de ronroneo como el de una gata… Yo noté entonces como si el pene de Kenwotu me atravesase el vientre con un empujón más fuerte que los anteriores y también grité, cosa que pareció agradar mucho a mi alacrán. La verdad era que todo aquello era fantástico, y que nunca me había sentido tan súper-excitada como ...
    ... notando la gran polla de Kenwotu moverse dentro de mi cuerpo apretando cada vez más… Me abracé al negro, que continuaba moviendo su pene dentro de mi vientre cada vez más salvajemente, respiraba como si le faltase aire, le besé, le mordí el cuello, apreté su culo contra mi vientre, casi hasta hacerme cada vez más daño cuando me clavaba el pene hasta pegar su pubis contra el mío, me moví arriba y abajo, adelante y atrás, acompasando mis movimientos a los suyos. Era formidable, sí, su polla no dejaba de moverse dentro de mi, frotándose contra las paredes de la vagina y presionando el fondo, entrando y saliendo, entrando y saliendo, el negro jadeaba, me miraba, cerraba los ojos, me bañaba con su sudor, yo también sudaba, me gustaba mucho, no sé explicar mejor cómo disfrutábamos los dos enloquecidos…Inesperadamente, de golpe, como un relámpago, Kenwotu dejó ir un gemido más alto, un grito que pareció un aullido desesperado, como si algo explotase dentro de él… Se quedó quieto un momento, su cuerpo se puso como rígido, como duro como si todos sus músculos tuviesen un calambre, y luego empezó a moverse frenéticamente, muy acelerado, a mi me gustaba mucho, ni él ni yo podíamos respirar, su pene entraba y salía de mi sexo a gran velocidad, él me movía y me aplastaba como si veinte elefantes furiosos saltasen encima de mi, pero cada vez me gustaba y disfrutaba más… Kenwotu empezó a aullar más alto, como si se ahogase, y yo noté entonces que cada vez que ahora él pegaba un nuevo salto ...
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