La sumisa mujer de su mejor amigo - Relatos Eróticos

La sumisa mujer de su mejor amigo

Alfonso hacia poco que se había casado con la mujer ideal para él. Unajoven chica tímida que hacia todo lo que le decía y nunca protestaba. Lamujer perfecta para su carácter.La joven Vanesa no era una mujer que destacara, salvo por sus intensos ojosverdes en combinación de su pelo rubio, sus anchas caderas y su vientreplano. Se añade una cara no muy bonita y un carácter retraído y se obtienea una mujer que pasaba desapercibido.Julio, el mejor amigo de la pareja, veía la relación descompensada, dondeella prácticamente no existía, y Alfonso iba creciéndose cada mes.Julio y Alfonso iban al mismo gimnasio desde hacia años, y Alfonso hizoapuntarse a Vanesa poco después de casarse. La hacia ir con camisetasholgadas y pantalones anchos, para evitar que la mirasen, era un maridoceloso. Poco después, Alfonso dejo de ir al Gimnasio por un cambio dehorarios en el trabajo, y solo permitió que continuara asistiendo Vanesa algimnasio, porque estaba acompañada de su amigo Julio.Alfonso mantenía también una actitud autoritaria con Julio, aunque este notenia ese carácter tan introvertido. Si Alfonso dejaba que Julio acompañaraa Vanesa, era porque lo consideraba un ser inferior, alguien por el que nose sentiría atraída su mujer.Julio, realmente no sabia porque continuaba siendo amigo de Alfonso. Quizásfueran los años, o también, que le pasase como a Vanesa y se sintieraincapaz de escapar de la energía y decisión de Alfonso.Algo empezó a cambiar solo algunos días después de que Alfonso ...

... abandonarael gimnasio. Vanesa había cambiado su tipo de ropa de deporte por una mascómoda y que le marcaba mejor las curvas. Y aunque no se apartaba demasiadoJulio, empezaba a aceptar la compañía de otros hombres cerca e inclusohablaba con alguno.Julio no podía ver a Vanesa como una mujer normal. No solo era la mujer desu amigo, era un tipo de chica por la que sentía mucha curiosidad. Alfonso,le relataba desde el principio todas las relaciones que tenia con mujeres,y desde que conocía a Vanesa, sus relatos se habían vuelto macabros yoscuros. Alfonso hacia con Vanesa lo que quería, ella nunca le decía no anada, por retorcido y asqueroso que fuera. Aunque no lo sabia, Vanesasospechaba que a pesar de todo, Alfonso le ponía los cuernos. Julio losabia, y conocía cuantas habían sido desde que se casaron. Sintió lastimapor Vanesa cuando Alfonso le confesó que estaba buscando una mujer que sedejase follar mientras Vanesa miraba.Julio comenzó a mirar con otros ojos a Vanesa, una especie de interés ypena. Se merecía algo mejor que Alfonso. Pero parecía que ella ya lo estababuscando. De manera tímida, como era ella, parecía coquetear con todos encuantos se fijaban en ella. Si le decían alguna cosa, o algún piropo, sereía tontamente, incluso cuando eran vulgares.- No deberías dejar que te digan esas cosas. - Le dijo un día Juliosintiéndose responsable.- No me m*****a.- Dijo ella tímidamente.- A mi si, insultan a una amiga. Si quieres puedo pararlo.- No, en el fondo me gusta, nunca me he sentido ...