La madre, la hija y yo
Fecha: 24/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... lejos de tranquilizarse, se excito más y me dijo: "¡Ahora fóllame con ese enorme y gordo pollón!¡¡Hazlo ya!!! La penetré a cuatro patas, mientras la daba fuertes cachetadas en sus duras nalgas .Ella se mostraba sumamente excitada ,parecía una puta de lujo recibiendo su merecido. ¡¡Como gritaba!!.Me puse muy pero muy cachondo y logré correrme. Salió de mi muchísima leche. Fue un orgasmo increíble. Aquella noche comprobé ,como Marta era una excelente amanazona, ya que cabalgaba a una velocidad increíble para mi y nunca vista, y como su verdadero vicio era chupar y chupar mi falo. La penetre en cinco ocasiones. Al amanecer ,una bella y salvaje mujer se arrodillo ante mi y me imploró que no la dejará que sería mi esclava ,que estaba muy enamorada. La verdad es que me dejó muy aturdido Marta, porque nunca había conocido a una mujer tan salvaje en la cama. Tan sedienta de placer y con tantísimas ganas de que yo me corriera una y otra vez. Es como si estuviese en celo. Además, no tenia nada que ver con las niñitas a las que yo me había tirado. Ella sabía muy bien lo que quería y era toda una experta del placer A partir de esa noche ,todos lo días volvíamos a quedar para follar como dos salvajes. Sus gritos de placer, sus felaciones, su raja húmeda ,ya formaban parte de mi vida cotidiana. Marta se enamoró completamente de mi. Empezó a hacerme regalos, a pagarme cosas que yo no me podía permitir y a rogarme que me fuese a vivir con ella y con su hija de 18 años. Ella era una mujer ...
... separada de un empresario. Además también tenía su pequeña empresa. Es decir vivía bastante bien. No me pude resistir y accedí a irme a vivir a su chalet. Cuando llegué ,estaba Inés, su hija .Era una modelo. Escultural, perfecta. Una rubia cañón con ojos de lascivia. Unos pechos grandes pero perfectos. Un culo duro y respingón y una figura escultural. La belleza de esa criatura me aturdió. Marta notó que Inés y yo nos habíamos gustado mucho pero intentó no darle importancia. Si la vida sexual con Marta era desenfrenada fuera de su casa, dentro de ella, lo fue mucho más ,ya que no paraba de pedirme sexo a todas horas. No se cortaba nada en gritar y gemir .Aun sabiendo que la hija nos iba a oír. Me pedía que la follara en cualquier parte. La cocina el salón, la piscina. Aunque sabía que la niña podía entrar. De echo en más de una ocasión nos pilló follando o comiéndole el coño. Eso a mi me excitaba mucho, la verdad. A mi Inés me volvía loco. Era tan hermosa y tan callada. Un día fui a entrar al cuarto de baño y la pille desnuda .Lejos de echarme ,me miró con ojos tiernos y me dijo en tono infantil y dulce: "yo también quiero" Eso acabó de enloquecerme. Tenía que darle sexo a esa niña ¡ya! Pero no sabía como, porque la mayor parte del tiempo Marta y yo estábamos follando como dos bestías. Decidí faltar un día al trabajo. Inés tenia, unos días libres en los que no iba al instituto y allí la pille con su camisón y sola. Nada más verla ,no pude contenerme y le dije. -Necesito follarte ...