Hijas del Sol Naciente p1
Fecha: 25/03/2019,
Categorías:
BDSM
Fetichismo
Autor: pepejuxn, Fuente: xHamster
... pasé los dos siguientes años con ella. Era una preciosa chica, con una larga melena lisa y rubia, ojos azules, alta, y de piernas larguísimas. Sólo en una ocasión se me permitió verla desnuda; su piel era clara, sin un sólo defecto, y tenía el cuerpo completamente rasurado. Sus pechos eran de tamaño mediano, redondos, y sus pezones abultados apenas se diferenciaban por su color del resto de su piel. Aquella imagen fugaz fue suficiente como pago a mis servicios por aquellos dos años, y me acompañó durante numerosas noches solitarias en mi celda. Lamenté enormemente separarme de ella. En total seis años de servicio junto a mis diferentes amas.El caso es que allí estaba yo, en un puesto libre del mercado, y al mirar a un lado o a otro sólo podía ver grupos de mujeres rodeando a los esclavos de los puestos de al lado. También a mi puesto se acercaron varias mujeres interesándose por mí. No obstante, el precio las desanimaba. Yo soy un esclavo muy joven y con mucha experiencia, y creo que soy bastante atractivo, así que mi dueña esperaba obtener mucho por mí. Una de aquellas mujeres incluso llegó a pedir que me desnudara. Por orden de mi ama me deshice de la túnica y mostré mi cuerpo. La mujer de nuevo se marchó al conocer mi precio.- Yo no me quiero deshacer de tí. - me dijo mi ama - Has sido un buen esclavo, obediente, complaciente, y estoy muy contenta con tu servicio. Pero María no deja que me quede contigo. Es muy celosa, y piensa que me gustas demasiado. Sólo quiere que ...
... me acueste con ella.- No importa ama. Soy tu esclavo, y puedes hacer conmigo lo que más te plazca. He disfrutado mucho sirviéndote.Así pasó el día. Habíamos llegado al mercado a las 8:30, pero la que sería mi nueva dueña no apareció hasta que fue de noche. En medio del tumulto de la gente, vimos aparecer una comitiva de mujeres trajeadas, que parecían las guardaespaldas de la que iba en el centro de ellas. Esta última iba vestida con un kimono que ocultaba su cuerpo hasta el cuello. Sus manos quedaban escondidas bajo las mangas del kimono, y sus pies estaban calzados con unas sandalias típicas japonesas, que dejaban ver las medias blancas sobre sus pies; así, lo único que se veía de ellas era la cara. Parecía muy joven, como de unos quince o dieciséis años, aunque en su mirada había un aire de dignidad que hacía pensar que fuese de sangre azul. Por lo demás era muy hermosa; su cara era ovalada, y sus ojos, a pesar de los rasgos orientales, eran grandes, de color marrón muy oscuro, casi negro. Su boca era estrecha, pero tenía unos labios gruesos y carnosos, pintados de un color rosa claro, blanquecino. Tenía una nariz muy diferente a lo que suele ser lo normal en las asiáticas, gruesa, achatada, pero de una belleza extraordinaria. Sus cejas estrechas, arqueadas, aumentaban el aire de gravedad de su rostro. El conjunto quedaba completado por una larga melena lisa y castaña, que caía sobre sus hombros lánguidamente. Los únicos adornos que llevaba eran unos largos pendientes de ...