Hijas del Sol Naciente p1
Fecha: 25/03/2019,
Categorías:
BDSM
Fetichismo
Autor: pepejuxn, Fuente: xHamster
... respiración iba a más. Cuando hube terminado, la princesa se puso en pie, y por primera vez miré hacia arriba. La bata había caído ya sobre sus rodillas, que quedaron ocultas. También cayó más su escote, que ahora dejaba ver la práctica totalidad de su pecho izquierdo, del que sólo un abultado pezón quedaba resguardado de la vista. Su melena castaña le caía sobre la cara, tapando la mitad de su cara, lo que le daba un aire salvaje. Me miró sólo un momento, y dijo: - Makoto, encárgate de él -. Se dio la vuelta y atravesó la inmensa habitación hasta una puerta en un lateral, mientras yo observaba el hipnótico vaivén de sus caderas perfectamente formadas y la redondez de sus glúteos, que la delgadísima bata marcaba por completo. Y quedé a solas con Makoto.- La princesa ya te explicó ayer que en nuestro país de origen las normas son mucho más estrictas. Tú eres un recién llegado, y debes ganarte nuestra confianza. He recibido órdenes de mi señora de convertirte en un siervo disciplinado. Por eso, hasta que no demuestres ser un esclavo fiel, obediente, y leal, recibirás todos los días diez latigazos que yo misma te daré. ¿Lo has comprendido?- Si, ama. Gracias por enseñarme.Me hizo una seña para que me levantase, y me condujo a través del recibidor, por las escaleras, y luego por el corredor que llevaba a mi cuarto, esta vez de pie, hasta otra de las habitaciones de ese mismo pasillo. Una vez abierta la puerta de madera, me hizo ...
... pasar y dio la luz. El cuarto era del mismo tamaño que el mío, pero no había ninguna ventana, y las paredes eran de ladrillo. No había ningún mueble, y sólo se distinguían en aquellas paredes un par de argollas en la pared frente a la puerta y un látigo de cuero colgado junto a ellas. Me hizo levantar los brazos, y sujetó mis muñecas a aquellas argollas. Después tomó el látigo y se alejó unos pasos. Oí cómo se quitaba la chaqueta de su traje.Inmediatamente comencé a sentir los golpes; caían en mi espalda, en mis piernas, en mis glúteos. Pensé que Makoto debía de tener experiencia en ese trabajo. Cada latigazo me producía un estremecimiento, quemaba mi piel; tras el picor inicial que producía cada golpe, entre latigazo y latigazo, sentía un creciente escozor que pronto se hacía insoportable, hasta hacerme gritar. Justo entonces llegaba un nuevo golpe, esta vez en los glúteos, que me causaba un vivo dolor. Makoto estaba empleando toda su fuerza, y era implacable en su trabajo. Por fin acabó mi castigo, y Makoto se acercó, no sin antes volver a ponerse su chaqueta. Noté cómo su lengua acariciaba una de las marcas en mi espalda mientras me desataba. Agotado, me condujo hasta un nuevo cuarto de la mansión, donde una sirvienta curó mis heridas y pude lavarme. Después me volvieron a llevar a mi cuarto, donde descansé hasta la noche...http://www.relatossexys.com/relatos-eroticos-Sadomasoquismo_13/Las_hijas_del_sol_naciente_673.html