Por un cubata derramado en mi pantalón
Fecha: 26/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Angel Perverso, Fuente: CuentoRelatos
Esa noche me disponía a salir por el Barrio del Carmen, uno de tantas zonas de copas de mi ciudad, Valencia. Iba con unos amigos, y la verdad es que estaba bastante aburrido y algo mosqueado, esa noche habíamos tenido algunos problemas dentro del grupo de amigos, y la verdad tenía más ganas de olvidarme e irme a casa, antes que de quedarme por allí de fiesta. Nos dirigíamos al local donde solemos ir habitualmente, bastante en silencio pese al ruido que había en la calle de gente armando bulla, coches de policía y taxis que pasaban y la música de los bares y pubs. Cuando por fin llegamos al bar, entramos dentro, y la escena del grupo era bastante lamentable, cada uno a su ritmo, hablando en pequeños grupos y desentendiéndose de los demás, supongo que porque estarían poniéndose verdes los unos a los otros. La cuestión es que yo, como suele ser habitual cuando hay broncas, estaba solo, pensando en mis cosas con un cubata de tequila con lima en la mano… y ahí fue cuando empezó algo que yo desde luego no esperaba esa noche. De repente noté como algo frío me corría por el pantalón, y una chica a mi lado ponía cara de susto. Miro la mancha y me miró a los ojos, empezando a pedirme perdón, que había volcado su cubata sin querer, que cuanto lo sentía. Yo le sonreí y le dije que no pasaba nada, si eso hubiese sido lo peor de esa noche, otro gallo hubiese cantado! El comentario le hizo gracia, así que nos dimos dos besos y nos presentamos, notándole un cierto acento andaluz en su voz. ...
... Pidió otro cubata para ella, y para mi sorpresa, uno para mí, por las molestias causadas como ella dijo, así que le di las gracias y lo acepté. Empezamos a hablar y me dijo que se llamaba Laura, que efectivamente era andaluza, de un pueblo de Huelva, y que había venido a pasar unos días con unas amigas suyas de Valencia, que había conocido cuando era pequeña en un campamento de verano. Laura es delgada, morena, ojos marrones, y con un cuerpo más que agradable a la vista. Llevaba una camiseta blanca con un escote poco pronunciado, que dejaban entrever unas tetas grandes para su complexión delgada, y unos pantalones ajustados en un tono beige, ceñidos, que marcaban bien su culito, no demasiado grande, pero firme y fuerte. Cuando ya llevábamos tres o cuatro cubatas, mis amigos decían que se iban para casa, y yo les dije que me quedaba un rato más, que estaba con una amiga que no veía hace mucho y que me apetecía hablar con ella. Ella al darse cuenta de la "mentira inocente", ya que como dije antes era la primera vez que nos veíamos, empezó a reírse, casi derramando su segundo cubata de la noche, y se me abrazó gritando a los cuatro vientos en un tono divertido que me había echado de menos todo ese tiempo en el que no nos habíamos visto, y que ya era hora de vernos, dándome un fuerte abrazo. Así nos quedamos unos pocos minutos, abrazados y riéndonos, hasta que nos separamos un poco, me miro a los ojos, y empezamos a besarnos. Fue un beso largo, intenso, apasionado, dejando que ...