Por un cubata derramado en mi pantalón
Fecha: 26/03/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Angel Perverso, Fuente: CuentoRelatos
... nuestras lenguas tomasen el control mientras nuestras manos acariciaban nuestros respectivos cuerpos, no dejando casi zonas sin explorar. Cuando terminamos, ella me lanzó una mirada pícara y en un rápido movimiento, vertió su cubata sobre mi paquete, ya bastante hinchado. Fingió cierta sorpresa, y cogiéndome de la mano me arrastró hacia los lavabos con la excusa que había que lavar esa mancha, antes de que se secase y dejase mal olor. Entramos en los lavabos de los chicos (como siempre bastante más vacíos que los de las mujeres), que cosa rara, estaban bastante limpios, y nos metimos en uno de las puertas que llevaban al WC. Allí fue cuando toda la pasión se desató. Otra vez empezamos a besarnos con furia, mientras nos desnudábamos mutuamente. Le quité la camiseta blanca y empecé a lamer el canalillo, mientras ella me soltaba el cinturón y el botón del pantalón, deslizándose este hacia abajo, empezando ella a acariciar mi paquete, cada vez más hinchado. Le quité el sujetador mientras ella me quitaba la camisa, y comencé a devorarle unos pezones duros por la excitación de color rosado, mientras ella ya había sacado mi polla fuera del pantalón, y jugueteaba con ella. Así estuvimos un rato, hasta que con un suave empujón, hizo que me sentase en el WC, y descendió desde mi pecho hasta mi miembro, que en ese momento ya estaba durísimo, y empezó a lamerlo suavemente, con mucho cariño... Hasta que hizo algo que me pilló completamente por sorpresa. Se había traído el vaso del ...
... cubata, y dentro habían tres cubitos de hielo que entonces estaban empezando a fundirse, así que rápidamente se metió uno en la boca, y de golpe engullo mi pene, lo cual me hizo dar un pequeño saltito por la sorpresa del frío, pero a la vez un inmenso placer al sentir a su vez el calor de su boca. Esa estaba siendo la mejor "limpieza" que me habían hecho nunca, por lo cual yo estaba a punto de correrme, cuando ella pensó que era su turno. Admito que me quedé un poco sorprendido, pero no me enfadé, de hecho estaba esperando el momento de darle placer a ella también… Me levanté del WC y mientras besaba sus pezones, ahora aún más duros que antes, le quité el pantalón, y un pequeño tanga de color morado que apenas tapaba una rajita no muy grande, cubierta por una fina mata de vello. Agarré un hielo del cubata, y empecé a desplazarlo desde su cuello, muy lentamente a sus pezones, y así despacio, hasta su coñito, lo cual le hizo dar un pequeño respingo de frío y de placer, y mientras yo con la lengua estimulaba el clítoris, introducía lentamente el hielo dentro de su ser, cosa que le gustaba ya que al poco tiempo empecé a notar como se escapaban sus primeros fluidos producto del placer… En este momento ya no pudimos más, y apoyada en el WC, abrió todo lo que pudo sus piernas y, haciéndole "sufrir" un poco al rozar la punta de mi miembro por su clítoris, le metí el glande dos o tres veces, que provocaron en ella un pequeño y dulce gemido de placer, que se acentúo conforme iba entrando más ...