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Soy la puta de mi yerno africano
Fecha: 26/03/2019, Categorías: Incesto Dominación Autor: karinanatilla, Fuente: CuentoRelatos
... pero los gritos que daba mi hija indicaban muy claramente que se estaba corriendo como una loca y yo también a mi pesar quería disfrutar de ese macho negro. Mi atrevimiento fue tal que saqué un poco de mi cuerpo en la habitación de mi hija para tener una mejor vista. Tuve mala suerte porque justo cuando estaba a punto de rozar el orgasmo el negro giró la cabeza y me vio. No exagero si digo que estuvo a punto de darme un infarto pero a él no pareció importarle sino que me sonrió y comenzó a follar a mi hija más rápidamente, yo muerta de vergüenza me retiré a mi habitación pero estaba tan caliente que me metí en el baño a masturbarme, no tardé ni diez segundos en tener un orgasmo tremendo y dejar lleno de mis flujos el suelo del baño. Y pensar que mi hija había llegado virgen a África. Me tumbé en la cama y dormí como una bendita el resto de la noche. A la mañana siguiente me daba vergüenza levantarme y mirarle a la cara a ese negro que había pillado, pillado a su conservadora suegra masturbándose con él. Sólo cuando oí que mi hija y él se marchaban me atreví a salir a desayunar. Mi marido me dijo que la boda iba a celebrarse en dos días en una iglesia de un barrio modesto donde el cura no hacía muchas preguntas a los novios. A la hora de comer llegaron cargados con bolsas para la boda yo no sabía dónde meterme cuando vi que el guineano no paraba de mirarme. Durante la comida mi marido intentó iniciar temas de conversación para romper el hielo: -Bueno no van a contarnos donde ...
... se conocieron. -Claro papá, Severo trabaja en la ONG, se dedica a proyectos para llevar agua potable y de riego a poblados en zonas aisladas de la selva. -Vaya Severo y exactamente ¿qué es lo que haces? -Sobre todo me gusta llevar agua para que los agricultores puedan cultivar -giró la cabeza y me miró a los ojos- especialmente me gusta irrigar zonas estériles o que llevan mucho tiempo sin recibir ningún líquido, me gusta ver como consigo que los líquidos se abran paso en zonas abandonadas, que llevan mucho tiempo sin recibir ningún tipo de fluido y lo reciben como agua de mayo. No daba crédito, estaba haciendo un símil entre mi coño y su trabajo de irrigar zonas estériles. Estuve tentada de coger el cuchillo y clavárselo, pero teniendo en cuenta lo de la noche anterior él estaba en una posición de fuerza. Durante el resto de la comida no levanté la mirada del plato mientras que Severo se destapó como una persona muy habladora y con mucha labia que hizo buenas migas con mi marido, pronto estuvieron los tres riendo mientras yo no paraba de quitarme de la cabeza su imagen dándole fuerte a mi hija. Retiré los platos y pude ver en un espejo como el guineano no me quitaba ojo de encima, se fijaba especialmente en mis tetas y en mi culo con un descaro increíble que ni mi hija ni mi esposo parecían advertirlo. Cuando llegó la hora de los cafés caí de nuevo en su trampa: -¿Alguien quiere café? -Yo sí mamá, un café sólo. -A mi uno con leche, Karina, con mucha leche, quiero que la leche ...