Soy la puta de mi yerno africano
Fecha: 26/03/2019,
Categorías:
Incesto
Dominación
Autor: karinanatilla, Fuente: CuentoRelatos
... se desborde por la taza. Me puse roja de vergüenza ante esa grosera insinuación que al parecer sólo había advertido yo y fui a la cocina, nuevamente vi su cara burlona reflejada en el espejo que me desnudaba con la mirada. Después de la comida se fueron a dormir la siesta, estuve tentada de ir a ver si follaban de nuevo pero me contuve, lo que no pude evitar fue ir al baño a masturbarme de nuevo, estaba tan caliente como cuando era adolescente. Por la noche salieron y me quedé más tranquila al saber que no tendría que soportar una cena de insinuaciones soeces por parte de ese negro que me provocaba tanta atracción y repulsión al mismo tiempo. De hecho esa noche no pude dormir mientras me veía en los brazos de Severo que me follaba con fuerza, sobre las tres de la madrugada oí como abrían la puerta y escuché las voces de mi hija y su prometido. Me levanté y les espié, mi hija iba muy borracha pero Severo iba bastante sobrio. Se metieron en su habitación y la casa se sumió en el silencio. Yo volví a mi cuarto pero seguía sin poder conciliar el sueño, sobre todo lo que me interesaba era ver el rabo de ese sucio negro, saber si todos los tópicos sobre la gente negra eran ciertos. Me levanté y fui a la cocina, me engañé a mi misma pensando que era porque tenía sed pero de lo que tenía ganas era de otra cosa, quería verga negra y la quería ya. Estuve un rato en la cocina esperando, caliente como una chimenea, hasta que oí como se abría la puerta de la habitación donde dormían mi ...
... hija y su novio. Escuché los pasos por el pasillo con el corazón desbocado hasta que le vi aparecer por la puerta. Iba medio desnudo, sólo llevaba un calzoncillo que estaba a punto de reventar. No hizo falta decir nada pues los dos sabíamos perfectamente lo que iba a pasar. -Vaya vaya suegrita así que a usted le gusta espiar lo que hace su hija en la intimidad. Se acercó a mí hasta que lo tuve a escasos centímetros. Me quedé impresionada ante su imponente figura de dos metros de alto llena de músculos. Sin mediar palabra le bajé los calzoncillos hasta que quedó a mi vista la mayor verga que había visto hasta entonces. No estaba erecta pero ya doblaba a la de mi marido, era muy gruesa y acaricié su glande, quería ver hasta dónde podía llegar aquello así que empecé a pajearlo, él no opuso resistencia ni mucho menos y eso fue creciendo como un cohete, yo estaba tan excitada que me puse de rodillas y comencé a mamarlo con mucha dedicación, sintiendo como ganaba tamaño dentro de mi boca hasta que creció tanto que no me cupo y me tuve que sacar una parte, logré que alcanzara su máximo esplendor y creo que no me equivoco si digo que alcanzaba los 25 cm. de longitud. Mi respiración se aceleró y por mi mente pasaron mil pensamientos por un lado ponerle los cuernos a mi marido y la traición a mi hija pero por otra la necesidad de sentir aquella barra de carne dentro de mí. La balanza se decantó cuando él me sujetó la cabeza con fuerza y puso su pene en mis labios. Sin dudarlo abrí mi ...