Entrevista con Jennifer, una sexo servidora (Final)
Fecha: 28/03/2019,
Categorías:
Primera Vez
Sexo con Maduras
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... de su depilada vulva y ella solo gimió y se abalanzó un poco hacia adelante. Yo le contramine mi lengua contra su concha y la lamí a mi antojo, hasta que mi lengua se hundía en ese rico agujero de un sabor dulce y salado, de un olor al jabón de hotel y la frescura de una piel de solo 19 años. Solo lo hice por unos 5 a 7 minutos, pues parecía que tocaba el cielo, sus gemidos me lo advirtieron y decidí cambiar las villas del placer y quizá avenidas que esta chica novata en estos trotes de la vida, todavía inexplorables. Continué masajeando con mi lengua su zona del perineo, ahí me mantuve provocándola adivinar para donde mi lengua se dirigía; jugué con sus ansias, pues milímetro a milímetro la punta de mi lengua se acercaba a ese rico ojete que por las reacciones que le llevaban mis caricias en la zona, divisaba como se contraía ante mis ojos. Su vulva comenzó a segregar un fluido abundante y espeso: Jennifer se quemaba en la pasión imaginando que pronto mi lengua violaría esta parte intima que según ella me lo hizo saber, nunca había sido explorada, ni mucho menos explorada de esta manera. No podía ver su rostro, pero tenía la seguridad que la estaba gozando, pues sus su piel se erizaba y sus piernas temblaban de placer. ¡Dios mío! – fueron sus palabras temblorosas unidas a un sensual gemido cuando finalmente mi lengua conquistaba el maravilloso y divino orificio de su rico ano. Quizá para Jennifer, tuvo la misma emoción al encontrar la sensación pasiva de su primer orgasmo ...
... cuando sentía los hilos del relieve de su almohada contraminándolos contra esa pequeña vulva de solo 14 años. Cinco años después de esa primera experiencia sexual, hoy descubriría el placer anal, que los besos en el culo son tan naturales como los besos en la boca. Que de la misma manera que horas antes nos habíamos besado por largos minutos al comienzo de esta aventura, de la misma manera mi lengua estaría en su culo por minutos, yendo de arriba abajo e intentando como primer paso con la punta de mi lengua, expandir su apretado y joven esfínter. Creo que la acumulación de sensaciones fue tal, que Jennifer no pudo contener la tensión del deseo y con enorme sorpresa para ella, y con el mismo nivel de sorpresa para mí, ella comenzó a mover su pelvis como si estuviera recibiendo violentas embestidas, y su ano ahora chocaba violentamente con mi lengua y me lo dijo resollando en forma de angustia salpicada por el placer: ¡Tony, me vengo, me está haciendo venir, que rico Dios mío… uh, ¡que rico! Uh, ¡me corro! Se fue de bruces contra de la cama y cae y puedo literalmente ver sus espasmos y como pude, le abrí las piernas y logré sumirle la verga en su concha y ella daba alaridos de placer. Parecía que mi verga en su vulva le provocó otro orgasmo y estuve pompeándola por unos 2 o 3 minutos hasta que recuperó una respiración menos profusa. Se sonríe incrédula y me dice: - ¡Usted me va a matar! Uh… ¡Dios mío! ¿Qué fue eso? - ¿Te fuiste rico? - ¿Rico? Eso fue un ataque orgásmico. ¡Usted ...