1. Al fin sentí el sabor de su vagina!


    Fecha: 31/03/2019, Categorías: Intercambios Autor: amantelatina27, Fuente: SexoSinTabues

    ... hacia la pared, con el culo parado, mientras le acariciaba las piernas, las medias, el portaligas. “Qué lindo culo tenés, me lo voy a comer todo, sabés?”. Ella gemía, yo agarré su cola con las dos manos, y le metí la lengua en el culo, le pajeé la raya con la lengua, le abrí el agujero, la cogí con mi lengua, la empujé, la sentí temblar. Le metí un dedo en el culo y otro en la vagina, desde atrás, y empecé a cogerla, me encantaba escucharla gemir, subí una mano mojada de saliva y desde atrás le toqué las tetas, se las apreté, empujé todo su cuerpo, todo su culo hacia mi cara. Entonces me puse de pie, la giré hacia mí, y la besé, sin limpiarme, para que sintiera su sabor, igual que yo. “Te voy a comer toda la concha, ahora. Nunca estuviste con una mujer?”. “No, te juro que no”, me dijo. “Ahora una mujer te va a chupar, y te va a hacer acabar, abrí las piernas”. Mientras le besaba la cara, la boca, el cuello, fui bajando, besé su panza, y esta vez sí, al correr su bombacha toda mojada, apoyé mi lengua contra su vagina depilada. Me encantó sentirla tibia y húmeda, y la besé mus suave, como una boca. Desde abajo hasta el clítoris, subía y bajaba, mientras pajeaba sus tetas y metía un dedo en su vagina, y la sentía gemir, jadear. No bajé el ritmo, al contrario, lo mantuve mucho tiempo, hasta que la sentí endurecerse, abrirse más, gritar más fuerte, y me acabó en ...
    ... la boca, me llenó de jugo, toda su vagina quedó sobre mi cara. No quería parar, ella me pedía que me detuviera pero a mí no me importaba, me puse de pie, la abracé y la pajeé con fuerza, la hice acabar dos veces más con mi mano mientras le besaba toda la cara. “Yo no sé cómo tocarte, no sé qué hacer”, me dijo. “No te preocupes, yo te enseño, ayudame a pajearme”. Mojé sus dedos en mi boca y los bajé hasta mi vagina, y con sus dedos y los míos me hice una paja. “Te estoy acabando”, le dije mientras la miraba a los ojos. Nos quedamos paradas contra la pared, abrazadas, besándonos, mucho tiempo. Ese día también me llevó hasta mi casa, y seguimos besándonos en su auto. Con el grupo seguimos compartiendo clases y salidas, y nada de esto se deja entrever, aunque nos divierte pensar las pajas que se harían nuestros compañeros si supieran. Mañana viene a la tarde a “dormir la siesta”. Ya le dije que quiero tenerla en una cama, comerla despacito, mirarla, que se familiarice con mi cuerpo, que vaya aprendiendo lo que me gusta. Tengo juguetes, videos y disfraces que quiero compartir con ella. Estamos fascinadas. Ya hablamos de armar un trío. Quizás sea más fácil con mi novio antes que con su marido, aunque no sé si lo haremos, lo divertido es planearlo, hablar de eso, calentarnos. Espero que hayan disfrutado este relato, prometo volver pronto con el siguiente capítulo. 
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