Mi fascinación porque me den por el ano
Fecha: 08/04/2019,
Categorías:
Transexuales
Anal
Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos
Todo empezó cuando me ganó la calentura y acepté de un muchacho que me metiera su pene por el culin. Descubrí un mundo maravilloso como si fuera una mujer. Mi padre compró un terreno en la periferia y fincó una pequeña y modesta casita, casi no teníamos vecinos y vivíamos prácticamente en el campo. Por ahí dispersas había otras casitas y los muchachos nos reuníamos para jugar un poco al futbol, algunas tardes las charlas y confidencias nos hacían hablar de las chicas, no faltaba el sabelotodo que aseguraba haber besado y hasta manoseado a alguna muchachilla del rumbo. En la escuela secundaria y de lejos veía a las compañeras con sus falditas escolares, sus peinados estirados en coleta o cola de caballo, sus risas y sus incipientes senos que brotaban hermosos bajo las blusas blancas, en ese tiempo la minifalda se puso de moda y los vestidos y faldas escolares eran muy pero muy cortos, por lo que las nenas enseñaban mucha piel en el recreo. Yo era tímido y no me sentía capaz de acercarme a ninguna de las chicas y con envidia veía como los guapos y los más valientes platicaban con risas y todo con ellas, las sujetaban de las manos, los brazos y los hombros. Al regresar a casa sentía una inquietud cada vez más imperativa en mí pero, no sabía bien a qué se debía, las charlas secretas con los chicos cercanos a casa me aclararon que era porque necesitaba una novia y/o jalarme el ganso. Aunque ya me había tocado algunas veces yo creía que era un gran pecado darme placer yo solo, ...
... un cura lo dijo y que el infierno esperaba a todos los chiscos que se pajeaban. La verdad es que me daba miedo eso pero, las ansias de una chica estaban en mi mente casi todo el día. Cierta tarde estaba solo con un muchacho, le llamaremos Mariano, nos fuimos a ver los trenes y nos sentamos en un andén, pasó un tren de pasajeros y descendió una hermosa muchacha con un vestido cortito como de seda estampado de color champagne, de cabello largo y lacio, con medias transparentes, se veía preciosa, mi amigo se frotó el paquete y me dijo, ando muy caliente mira y haló mi mano hacia su paquete, yo salté como si hubiera sido tocado por el demonio. Pero este tío era bravucón y no quise hacer nada, me volvió a halar mi mano y se frotó con ella el paquete. Sentí su pene duro encima del pantalón y fingí no sentirme afectado pero, algo se despertó en mí, quedó asociada la imagen de la bella muchacha con mi mano siendo empujada a frotar un pene. Al llegar a casa me metí al baño y me jalé la polla pensando en la chica y mi mano en el pene de un hombre, tal vez yo era esa chica y me vine por primera vez. Me sentí avergonzado de mis actos. Días después estaban los chicos descansando de jugar en un terreno baldío, me senté a su lado, éramos unos 5 amiguetes. Mariano estaba hablándoles de cómo habíase besuqueado con Gládis, una vecina, chica morena, bajita pero de lindo cuerpo y cara bonita ¡No inventes! Dijo uno, otro le pidió silencio y que siguiera contándonos su aventura. Él fanfarroneaba, ...