1. Mi fascinación porque me den por el ano


    Fecha: 08/04/2019, Categorías: Transexuales Anal Autor: Mara, Fuente: CuentoRelatos

    ... esperé a que se fueran los demás para quedarme solo con Mariano y fingiendo enojo le dije que por qué había puesto mi mano ahí la otra vez. –¿Qué pasa no te gustó? –No, me gustan las mujeres, no los hombres. Pareció reflexionar y me dijo –No somos tan diferentes. Tienes culo, igual que ellas, ja ja ja río. La noche estaba por caer, yo vestía un pantalón corto y me senté como un pequeño Buda moviendo la tierra con mis dedos –¿Mariano, qué se siente besar a una mujer? –Muy rico, es suave y cálido. -¿De verdad besaste a Gládis? -¡Obvio que yes! ¡Qué cabrón éres! -¿Te gusta ella? –No sé. Puso su mano como al descuido en mi pierna izquierda y haló mi mano a su entrepierna. –Mira cómo se me para el pito nada más de acordarme. Yo obediente dejé mi mano encima de su paquete. -Ven, te voy a enseñar algo. Nos levantamos y lo seguí a la parte trasera de ese enorme terreno, tras unos arbustos junto a un caño de agua. Se bajó los pantalones con todo y calzoncillos y me enseñó su pene bien tieso. Me ordenó, acércate, mira cómo se pone de pensar en las mujeres. Me acerqué miedoso y lo miré, haló mi mano derecha y comencé a acariciárselo, sentí oleadas de calor, vergüenza y deseo de meterme esa polla en la boca, me arrodillé frente a él suplicándole que no le dijera a nadie. -¡Anda tonto, chúpamelo que no le diré ni a Dios! Mientras el cabroncete de Mariano entornaba los ojos yo se lo mamé sintiéndome una puta, de repente paré y él me sujeto girándome y se repegó a mis nalgas, me desató el ...
    ... botón del pantalón corto y me lo bajó hasta las rodillas con todo y calzones, separó mis nalgas y me empujó su pene buscando anhelante mi agujerito, me embarró de líquido preseminal y sentí cómo ese pene se abrió paso, me doble un poco de la cintura hacia abajo y me apoyé en unas ramas, sentí cuando me penetró, un dolor agudo y a la vez delicioso me inundó por completo, lo metía y sacaba casi hasta afuera, sentí que me cagaba pero el placer me llenó y mi pene se levantó como un lápiz. Se corrió dentro de mí acariciando mis piernas sin bellos, blancas y suaves como las de una mujercita. Ahhhh, gemía mientras me preguntaba si me gustaba –Si, papi, siii, siento riquísimo. –Es que eres mi puta y lo serás siempre. Rápidamente nos subimos los pantalones y salimos del lugar secreto, mi vida había cambiado para siempre. Llegando a casa me masturbé apretando mi culo recreándome en los momentos previos más intensos de mi corta vida, me vine y quedé avergonzado de mí. A los pocos días nos volvimos a ver, en el patio de mi casa, mis padres habían salido con Lora y con mis dos hermanitos a una ciudad vecina a cobrar un flete que papá había hecho. Estaba oyendo radio y haciendo mi tarea escolar cuando entró Mariano -¡Qué haces! –Aquí, dizque estudiando ¿Tus papás no están verdad? –Salieron, regresan como a las 9 de la noche –Estamos solos ¿No? –Si ¿Por…? –Ven enséñame la ropa de Lora, sus pantaletas y brasieres. Obediente pasamos al cuarto de Lora y en la cómoda saqué un par de pantaletas y ...