La reeducación de Atrana (27)
Fecha: 15/04/2019,
Categorías:
Dominación
Lesbianas
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... Milena afectó un tono calmo y repitió: -Le estoy pidiendo que cierre el local, señor mío, que baje la persiana y sigamos hablando tranquilos. O me va a decir que no le gusta mi cachorra… Mire cómo le abulta el pito bajo el pantalón… -Vea, señorita, yo no sé que pretende, pero le pido que usted y su… su perra o lo que sea se retiren. –exigió el comerciante temiendo de pronto que aquello fuera una trampa para perjudicarlo de alguna manera. Milena no se dio por vencida y tomando la mano derecha de Lucia la apoyó en el bulto del vejete. -Apretá, nena, vamos. Lucía, desesperada, frunció su rostro en un pucherito predecesor de una serie de sollozos que, lejos de conmover a la asistente, la excitaron aún más. En ese estado, Milena comenzó a bajar la persiana del local provocando la inmediata reacción del comerciante, que trató de detenerla. -Vamos, señor mío, ocúpese de la cachorra. Y vos, perra, hacé lo que te ordené o ya vas a ver lo que te espera. ¿Querés volver a la sala de juegos? ¿Querés que llame a la señora y le cuente lo mal que te estás portando? -Por favor, señorita Milena… rogó Lucía lloriqueando. Milena, que había terminado de bajar la persiana, se plantó ante ella, le cruzó el rostro de una bofetada y bramó: -¡OBEDECE, PENDEJA DE MIERDA! ¡AGARRALE LA PIJA Y SACÁSELA DEL PANTALÓN! El comerciante miraba la escena con ojos agrandados desmesuradamente por el asombro al tiempo que la erección de su pija aumentaba y mucho más cuando Lucía, llorando, le abrió la bragueta y ...
... con mano temblorosa se la sacó afuera del pantalón. La chica miraba hacia otro lado cuando Milena le preguntó al comerciante: -Seamos directos, estimado señor: ¿cómo le gustaría usar a mi perra? ¿quiere cogérsela o que se la chupe? -Pero, ¿voy a tener que pagar? -Claro que no, no es prostitución. –aclaró Milena. -¿Es virgen? –preguntó el viejo aún sin entender muy bien de qué se trataba la extrañísima situación que estaba viviendo. -¡Nooooo! Es una perra muy puta. –aclaró la asistente mientras Lucía se mordía el labio superior con una mezcla de rabia, asco e impotencia. -Bueno, que me la chupe y después me la cojo. –decidió el viejo y precisó de inmediato: -Por la concha y por el culo. En el rostro de Milena se dibujó una mueca de morbosa satisfacción y le hizo otra pregunta al viejo: -¿Quiere que se desnude ella o prefiere hacerlo usted? El hombre meditó durante unos segundos y finalmente dijo: -Prefiero ponerla en pelotas yo. -Bueno, adelante. –concedió Milena y de inmediato el comerciante se abalanzó sobre la chica, que instintivamente adelantó sus brazos en un vano intento de resistencia, porque Milena se colocó tras ella y la mantuvo sujeta mientras el vejete la iba desnudando. -No, no, por favor, noooooooooo… -rogaba Lucía inútilmente mientras sus ropas la iban abandonando. Por fin, cuando conservaba sólo las medias tres cuarto y los mocasines la asistente, a su espalda, le dobló el brazo derecho hacia arriba mientras le sujetaba la muñeca izquierda, hasta que la dolorosa ...