1. Julia y Manuel: Aventura en el Sofá


    Fecha: 16/04/2019, Categorías: Incesto Autor: lenuma2, Fuente: SexoSinTabues

    Una tarde lluviosa de verano, mi hermano y yo descubrimos un nuevo juego: tocarse con los pies. Julia y Manuel: Aventura en un Sofá Me acuerdo muy bien, era una tarde de verano de esas que una borrasca nos impedía bajar a la playa o salir de excursión por los alrededores. Solo quedaba el recurso del sofá después de la comida y si se terciaba, una partida con los chavales de la casa de al lado. Un aburrimiento. Yo me puse en el sofá a ver la tele, ponía una serie que me gustaba bastante y me entretendría una hora. Luego vería lo que hacer. Al poco llega Manuel con un libro. Me pide sitio y nos acomodamos cada uno en un extremo del sofá, yo mirando la tele acostada en un extremo y Manuel en el otro sentado apoyando sobre el respaldo, con los pies también sobre el sofá, leyendo su novela de intrigas y crímenes. Estábamos los dos en bañador por lo que al estar quietos se notaba algo de fresco y le pedí que echase una mantita ligera que nos abrigase. Había sitio para los dos, solo que las piernas se tropezaban con facilidad. No era la primera vez que estábamos así acomodados, pero esta vez un pie de Manuel quedó parado en la parte alta de mi muslo, cerca de mi culo. No tenía importancia y no se la dí. Al rato, su calor me hizo apreciar que el contacto era agradable y moví un poco las piernas aumentándolo. Manuel se movió también, pero sin perder el contacto. Pasado un rato, Manuel acercó el otro pie, apoyándolo directamente sobre mi culo. Yo no me moví hasta pasado un buen rato, ...
    ... que aproveché para facilitar que el pie que estaba sobre el muslo me quedase entre las piernas. Los dedos de Manuel empezaron a hacer pequeñísimos movimientos, casi nada, pero se movían. Eso me empezó a gustar, me sentía bien con sus pies entre mis piernas y me dejé llevar. Poco a poco sus dedos aumentaron los movimientos y la colocación de los pies se fue cambiando aprovechando movimientos unas veces míos y otras de Manuel. Antes de llegar al descanso de la novela, Manuel ya tenía sus pies situados de tal forma que me tocaban uno el culo y el otro ya apoyaba ligeramente sobre mi sexo. Todo había sucedido de modo suave, suavecito, sin brusquedades ni insolencias ni siquiera con el mínimo descaro. Sus pies y mi culo fueron llegando a eso digamos que por casualidad. El hecho es que yo estaba muy a gusto, y mi hermano parecía que, como sin querer, estaba dispuesto a toquetearme y darme gusto. Fui facilitándole mas el acceso a mi tesoro, de modo que sus dedos llegaron ya claramente a toquetear sobre mi coñete por encima del bañador. Con sus toques se me hacía imposible mantenerme quieta, me retorcía de gusto. Sus dedos acariciaban cada vez mas francamente mi vulva, mi culo y todo el perineo poniéndome cada vez mas excitada, ayudándole con mis movimientos en su trabajo, que ya estaba clarísimo por parte de los dos de qué se trataba: Manuel le estaba haciendo una paja a su hermanita Julia en el sofá del salón mientras Papá y Mamá dormían la siesta. Yo estaba disfrutando mucho pero ...
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