El treen
Fecha: 18/04/2019,
Categorías:
Primera Vez
Autor: nagopagee, Fuente: xHamster
Todo empezó cuando entré a trabajar en un empresa muy conocida para hacerle un favor a un amigo mío al que su jefe no le daba vacaciones si no encontraba sustituto. Solo iba a estar un mes y tampoco quería estrechar grandes lazos con nadie…y al parecer el hecho de ser mujer le daría caché a la empresa, así que acepté el puesto…pero para quien me va conociendo a través de los relatos que escribo….tengo la cualidad innata de estrechar, más de la cuenta, más que lazos.En mi primer día ya entré pisando fuerte en la empresa, todo eran hombres y además casi no había españoles. Por un momento me sentí un poco aturdida porque no estaba acostumbrada a la galantería propia de latino-América…a esa cordialidad…a esa sobreprotección…fue todo un poco caótico. El segundo día fue cuando conocí a Juan. Él era argentino, veintitrés añitos…y me embaucó nada más oírle hablar con ese acento, esa forma de mirarme, ese cuerpo, esos ojos. Charlamos un rato, y yo estaba embobada, cuando de pronto me dijo “Nenita ¿Desayunás conmigo?”.Durante más de una semana la situación no cambió hasta que me acostumbre a oírle y empecé a controlar los impulsos de mi cuerpo al verle, al olerle, al tocarle…Todavía hoy me acuerdo y me recorre un escalofrío por zonas que prefiero reservar para más adelante.Juan desayunaba cada mañana conmigo y volvíamos juntos en tren…todo normal hasta que un día…charlando, charlando…empezó a hablarme de sexo. Hablaba de las chicas con las que había estado, de cómo le gustaba que se la ...
... comiesen, de los lugares en los que lo había hecho, de su estilo ideal de chica, de esta postura, de la otra…obviamente mi cuerpo reaccionó a esta conversación y mi enfermiza mente no hacía más que imaginar cómo le besaría, cómo le arrancaría la ropa, cuando de repente oí…“Ves, porque yo te miro a ti y veo ese cuerpo y es que te follaba aquí mismo”. No pude hacer otra cosa que soltar una risita nerviosa y bajar la mirada, no sabía si hablaba en serio, en broma…o si ni siquiera estaba notando mi palpable excitación. Entonces sonrió, me acarició la mejilla, bajo la mano por mi cuello y a escasos milímetros de mi boca me susurró “viene el tren”. Subimos al tren, dónde yo pensé que se abalanzaría sobre mí, que me besaría, ¡qué haría algo!, pero Juan se sentó en frente mía y me explicó con pelos y señales lo que pensaba sobre los nuevos uniformes.Al día siguiente, antes de entrar a trabajar, a las seis y media de la mañana, allí estaba, esperándome en la puerta de la entrada. Me dedicó una sonrisa pícara me agarró la mano y yo me deje llevar, porque mi cabeza no daba para más, mi cuerpo hablaba.Juan me llevó a los vestuarios masculinos, me apartó un mechón de pelo de los ojos y me besó tiernamente. Acarició mi mejilla, mi cuello, mi espalda…puso sus manos en mi culo…metió su mano por debajo de mi blusa y me hizo estremecerme de arriba abajo…mis piernas temblaban, sentía como me iba humedeciendo cada vez más, y cómo su sexo crecía a la altura del mío…Pero esta vez también íbamos a ...