El treen
Fecha: 18/04/2019,
Categorías:
Primera Vez
Autor: nagopagee, Fuente: xHamster
... tener que esperar porque el vestuario se llenó de hombres que enseguida notaron mi presencia.En la estación de tren, a la salida del trabajo aquel mismo día, yo estaba sentada, ya cambiada para él, me había puesto mi minifalda más corta, mi tanga más sexy, mi camisa con más escote…mis tacones de la suerte…no podía fallar nada…y apareció…con esa confianza desbordante, con su mono de trabajo y hablando por el móvil…se paro delante de mí y colgó el teléfono. Sin decir una palabra se acercó a mí, me hizo girar y cogiéndome de la cintura me puso con fuerza de espaldas a él. De nuevo mi corazón palpitaba, mi sexo se humedecía, mis piernas temblaban…El tren llegó y pensé que me volvería a dejar con las mismas ganas pero, al abrirse las puertas, me arrastró dentro y me empujó contra una fila de asientos. Por un momento sentí miedo, el vagón estaba casi vacío, pero no del todo, y la gente que había se asustó un poco, pero al ver que me besaba y no era en contra de mi voluntad miraron hacia otro lado. Yo perdí un poco el control, porque me hizo desearle, hizo que fuera yo la que lo buscase por las esquinas o me derritiese con cada frase y cada palabra.En unos asientos más aislados, me sentó sobre él y comenzó a besarme desenfrenadamente, sus manos buscaban mi sexo y las mías buscaban el suyo, desesperadamente. Desabroché sin ayuda el pantalón y me abalancé sobre aquel tesoro que tanto me había hecho esperar. Abrí la boca cuanto pude y la metí entera dentro, empecé a chuparla con ...
... desenfreno y él me paró varias veces con las manos hasta que volvió a colocarme encima. Siguió besándome y buscando con sus manos mi orgasmo y viendo que tardaba más de lo esperado, sacó su polla del pantalón, hizo a un lado la goma del tanga y con sumo cuidado me la introdujo hasta donde la posición permitía. Mis gemidos no daban lugar a dudas de lo que en esos asientos estaba pasando aunque él intentaba no hacer movimientos demasiado bruscos supongo que para no levantar sospechas, pero llegó un momento en el que todo lo que tenía alrededor desapareció y esta vez fui yo la que empezó a botar sobre él salvajemente, la discreción la no era un punto a nuestro favor.Me cogió como si fuera una muñeca y me sentó en el asiento, mordió mi cuello con fuerza y fue bajando por mi escote hasta dejar mis pechos al aire, y los mordió y apretó con fuerza. Agarró mi culo y de un golpe introdujo su lengua en mi húmedo clítoris, mordió y absorbió casi haciéndome daño mientras apretaba con sus fuertes manos.Para cuando quise ser consciente de mis actos, estaba en la esquina del vagón, cogida en brazos por mi argentino dándome bandazos contra la pared y corriéndome como pocas veces…Para cuando yo había terminado de gritar él seguía mordiéndome y apretando mis caderas contra las suyas. Entre gemidos y susurros con ese acento que seguía despertando la fiera en mi interior levantamos la cabeza. En el tren había escasas tres personas que acabarían de subir atónitas ante las escena, el cielo había ...