1. La Doctora y yo


    Fecha: 22/04/2019, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Para mi sorpresa después de esperar casi media hora en una salita y cuando por fin llegó el doctor resultó ser una chavala de no mas de 26 años. Pensé incluso que era una enfermera al verla tan joven y bonita pero rápidamente me confirmó que si era la doctora y que le explicara la razón de mi visita. Me sentí de inmediato algo incómodo al verle tan bien hechita con sus grandes ojos verdes clavándose en mi, y le dije que se me exigía un examen médico para el proceso de residencia que estaba tramitando. Me preguntó entonces cuanto tiempo llevaba aquí en Los Estados Unidos y al responderle que sólo dos años me felicitó por lo bien que hablaba ya el inglés pero de inmediato me advirtió que el examen que me haría sería muy minucioso y severo ya que debía considerarse un honor y un privilegio el hacerse miembro de esta gran nación y solamente los mejores debían ser aceptados. Después de preguntarme mi edad, 19 años y mi país de origen, me sorprendió con la pregunta sobre mi orientación sexual. Le respondí que obviamente me gustaban las chavalas. Entonces quiso saber que pensaba yo de los homosexuales. Le dije que mientras no se metieran conmigo no había problema claro que siempre me daba curiosidad que pudieran sentirse atraídos hacia ellos mismos en vez de hacia una buena hembra. Al oír esto último sus grandes ojos verdes se abrieron todavía mas pero esta vez pude ver en su preciosa carita una gran sonrisa. Me preguntó entonces si tenía novia y al responderle que no quiso saber ...
    ... como me satisfacía sexualmente y si me masturbaba con frecuencia. Obviamente me sentí bien incómodo con la pregunta pero al notar mi silencio me dijo que para pasar su examen debía ser totalmente verdadero y dejar todas las verguenzas de lado sobre todo tomando en cuenta el examen físico que vendría continuación. Le expliqué que las chavalas pensaban que tenía buen físico y que era "cute" y por eso no tenía problemas, sobre todo los fines de semana, pero que sí a veces tenía también que corrérmela para estar mas tranquilo. Me pidió que le dijera francamente cuantas veces eso pasaba y cuando. Al notar mi silencio miró su reloj y me dijo que el resto de las preguntas las contestaría mientras me examinaba y que procediera a sacarme la ropa. Mientras me desvestía noté que me observaba sin disimulo y me detuve al llegar a los slips. Me pidió entonces que caminara de un extremo al otro de la habitación. Mientras lo hacía me preguntó si practicaba muchos deportes para tener un físico tan bueno. Le respondí que en mi país había practicado soccer, natación y otros, pero desde mi llegada a Nevada era solo trabajar cargando y descargando colchones todo el día. Sonriendo me dijo entonces, "parece que el ejercicio con todo esos colchones te ha desarrollado muy bien todos tus músculos, camina nuevamente de un lado al otro de la sala pero sáquate los slips que aquí no los necesitas". Después de titubear por un momento me los saqué de espaldas y avancé hacia el otro extremo. Ella al notar que ...
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