Noche de copas - Relatos Eróticos

Noche de copas

Un domingo aprovechando que las hijas se habían ido a unos días con sus abuelos, y que la sirvienta no saldría de su cuarto porque era su día de descanso, mi esposa y yo empezamos muy a gusto a tomar mientras veíamos algunos videos de fiestas familiares. Poco a poco se nos fueron subiendo las copas y empezamos a besarnos y a acariciarnos, un poco mas tomados mi esposa me propuso ponerse uno de los vestidos muy eróticos que se compraba para fantasía conmigo, de inmediato le dije que sí. Mientras se arreglaba le subí una copa más, cuando bajo la vi con un vestido de color verde azulado satinado muy hermoso con un escote que solo permitía ver lo eróticamente necesario y escasamente entre 15 y 20 centímetros debajo de las nalgas. Lucia sus delgadas y bien formadas piernas, además de que calzaba unos tacones de aguja que no sé dónde los pudo comprar. Con solo verla ya estaba eufórico y tenía la verga bien parada, la comencé a besar y acaricie sus piernas pasando mi mano muy cerca de su vagina sin llegar a tocársela, lo que se que la excitaba más. Ya muy tomado, se me vino a la mente que era un desperdicio que nadie más la viera con esa mini falda que la hacía lucir tan hermosa. Le pregunte, te atreves a salir así al primer bar que encontremos, me miro y sin dudar acepto, tome inmediatamente las llaves del automóvil e imprudentemente nos dirigimos al primer bar que encontráramos. Ella inteligentemente, preparo una botella desechable con ron y coca para no perder la euforia que ...

... traíamos. Por ser domingo y ya casi las 10 de la noche nos fue difícil encontrar uno abierto, pero aprovecho ese tiempo, para irme masturbando y mamando la verga que estaba durísima, mientras encontrábamos un bar. Al fin lo encontramos, no se veía muy decente pero tampoco de mala muerte, me baje a ver el ambiente del lugar, el que tenía poco menos de la mitad del aforo del local y con música en vivo para bailar. Pedí hablar con el capitán y el encargado de seguridad y les dije, voy a consumir una botella, mi propina seria, lo que cueste la botella para cada uno de ustedes, pero queremos que nos cuiden, aceptaron, fui por mi esposa al auto y cuando entro todo el mundo el voltio a ver, se veía espectacular. Nos dieron la mejor mesa y reubicaron a algunos clientes para que el más cercano estuviera al menos a una mesa de distancia. Mientras nos traían el servicio tocaron música tranquila y empezamos a bailar muy juntitos, de inmediato se me paro la verga, me era difícil evitar tocarle las piernas y meter mis manos bajo esa minifalda para agarrarle las nalgas. Nos dimos cuenta que todo nos volteaban a ver pero no nos importo, los de seguridad impedían que las demás parejas se nos acercaran. Continuamos besándonos y nos introducíamos la lengua lo más profundo que podíamos. Subí mis brazos lentamente y empecé a tocar sus pechos, ella aprovecho para tocarme la verga que ya estaba bien parada, después de algunos minutos decidimos irnos a sentar. Ella poco discretamente dejaba ver muy ...