Rebeca (segunda parte)
Fecha: 26/04/2019,
Categorías:
Dominación
Sexo con Maduras
Autor: Corn, Fuente: CuentoRelatos
... inútil tratar de moverse ya que si movía una de las piernas, la otra era arrastrada a su vez manteniendo fija la separación de las mismas. La lengua de su Amo acariciaba su clítoris una y otra vez hasta que deslizándola por sus labios, comenzó a lamer la entrada de su culo, momento en el que introdujo una bala en su coño, encendiéndola a la máxima potencia. Separándose de su culo, acercó la polla a la entrada de su coño y con un solo movimiento, la penetró comenzando a follaría salvajemente. No tardó en alcanzar el orgasmo, sentir en su coño la polla de él y la bala, hicieron que su orgasmo se liberase en un torrente de fluidos que su Amo no tardó en saborear. Este, apagó la bala y sin dejar de lamerle el coño comenzó a meter un dedo en el culo de su Perra. Un segundo dedo entró en el preparándolo para recibir su polla. — Amo, —suplicó Rebeca entre gemidos. —Mi hermana está... — Qué pasa con ella? —la interrumpió sin dejarla acabar la frase. — Estoy seguro de que esa Zorra está ahora mismo con los dedos metidos en el coño, deseando estar en tu lugar. —dijo en voz alta para que su voz se oyese en toda la casa. Carla, se sobresaltó al oírle y dejó de masturbarse. — No ha podido verme. No, imposible, no se ha girado en ningún momento. —pensaba mientras retrocedía hasta el cuarto tratando de hacer el menor ruido posible. Ya en su cama seguía preguntándose cómo había sabido que estaba viéndoles, cachonda perdida y masturbándose… como la había llamado él? ZORRA!, sí, ...
... masturbándose como una Zorra y deseando ser ella la que estaba atada en el sofá. Llevó de nuevo los dedos a su coño y, oyendo a su hermana jadear mientras era sodomizada, comenzó a masturbarse con fuerza al tiempo que apretaba sus pechos con la otra mano. Comenzó a correrse, no podía contener los gemidos y trató de acallarlos tapándose la boca con la mano. Se quedó inmóvil, tratando de percibir alguna señal de que la habían oído, pero nada lo indicaba. El sonido de dos cuerpos follando sin tregua llegaba a su habitación y sin poder evitarlo, comenzó a masturbarse de nuevo, envidiando, si, envidiando a su hermana. Al día siguiente, al despertar, pasó varios minutos con la vista perdida en el techo, tratando de asimilar todo lo que había ocurrido la noche pasada. No podía creerlo, tenía que haber sido un sueño, pero las imágenes volvían a su memoria con demasiada claridad. Su hermana, su "inocente" hermanita, siendo usada salvajemente, disfrutando cada embestida. No podía sacárselo de la cabeza. Necesitaba hablar con ella y que le explicase todo, qué coño estaba pasando. Poniéndose la camiseta del día anterior y en bragas, se fue a la cocina a prepararse un café y esperar que su hermana se levantase. Al entrar en la cocina, su hermana estaba esperándola desnuda, sentada en la única silla que había. — Buenos días, Carla. —saludó nada más entrar está en la cocina. —Buen... donde están las demás sillas? —preguntó buscándolas con la mirada. — Se las ha llevado mi Amo. —contestó Rebeca mirando ...