1. Feliz aniversario


    Fecha: 28/04/2019, Categorías: Lesbianas Autor: almogaver92, Fuente: RelatosEróticos

    Estoy sentada en el coche, sin tener la más remota idea de hacia dónde nos dirigimos. Por las vistas que ofrece el paisaje seguro que lo podría adivinar, pero un pañuelo de seda me cubre los ojos, sumiéndome en la oscuridad. -Falta mucho? -pregunto, algo aburrida, impaciente y nerviosa a partes iguales. -Que noooo pesada, que ya llegamos -contesta Carmen. Hoy hace dos años que estamos saliendo, y ha venido a buscarme al salir del trabajo. “Ponte esto y tapate bien los ojos”. Estas han sido sus únicas palabras. ¿Pero de esto hace pues… como una hora? A lo mejor menos. He contado 10 canciones en la radio, así que por ahí andará la cosa. La excitación e impaciencia iniciales se habrían convertido en aburrimiento e indiferencia de no ser por las caricias y tocamientos que de forma inesperada me hacía Carmen. Cada poco rato, su mano se deslizaba por mis muslos, acariciaba mi mejilla, o me tocaba suavemente mis pechos, provocando el endurecimiento de mis pezones. Después de un brusco traqueteo del coche, por fin oigo como se para el motor. - ¿Puedo quitarme ya la venda? -le pregunto con ansias desmesuradas. -Jajaja anda aguanta que para lo que queda… -contestó saliendo del vehículo. Sus pisadas dan la vuelta pisando tierra y piedrecillas, se abre mi puerta y su cuerpo se inclina encima del mío. Noto como si fuese a darme un abrazo. Uno de sus pechos está rozándose con mi pecho izquierdo, y puedo oler su champú mientras sus pelos me provocan un ligero cosquilleo en la nariz. ...
    ... Después de un click, la presión que ejerce el cinturón sobre mi cuerpo se afloja, y Carmen me coge de las manos. -Ven, sal con cuidado -me indica mientras me guía. Doy un par de pasos, me suelta y oigo cerrar el coche. -Poco a poco, deja que te lleve -vuelve a decirme mientras me coge las manos otra vez y me lleva por donde quiere. Estamos subiendo ligeramente, y el olor a bosque y las piedras que se me clavan en los zapatos no dejan ninguna duda. Estamos en plena naturaleza. Con lo que me gustan a mí los bichos… Andamos unos pocos metros, me suelta de la mano izquierda y se oye un ruido similar al de una llave metiéndose en una cerradura. Vamos, que está abriendo una puerta, o una valla. -Cuidado con el escalón… -subo exageradamente las piernas dando un paso largo hacia delante. Por fin mis pies tocan suelo firme otra vez. - ¿Bueno qué, ya? – No puedo más por Dios, que me deje ver dónde estamos y el porqué de tanto misterio. -Ya vaa ya vaaa pasa por aquí… -huele a humo en la sala donde estamos. Se pone detrás de mí y sus dedos deshacen el nudo del pañuelo. Poco a poco abro los ojos y me veo en medio de una sala de estar con chimenea, con un buen fuego ardiendo calentando la estancia. Delante hay un colchón con mantas en el suelo y algunos pétalos (¿serán de rosa?), un sofá en un rincón y una pequeña nevera. -¿Y esto qué es? -pregunto mirando alrededor divertida. Parece una escena sacada de una de esas películas que echan por la tele los domingos por la tarde. -¿No te gusta? ...
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