La maestra enseñante
Fecha: 28/04/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Confesiones
Autor: brandonloredo, Fuente: CuentoRelatos
Mi primer año de bachillerato trascurría un tanto monótono, debido a que ingrese a una escuela agropecuaria, ubicada como a 15 minutos de la ciudad o sea en el campo, mis compañeras nada que valiera la pena, y así pasaban los días. De pronto todo cambio, ahí estaba ella, la nueva maestra de industria de los alimentos, estatura mediana, pelo negro ensortijado, labios gruesos y sectores, de piel morena, dueña de unas enormes tetas, y una breve cintura, que resaltaba su hermoso culo. La escuela estaba enloquecida por ella, al menos los varones, esperábamos ansiosos su hora de clase para admirarla, y así llegaba ella con su cadencioso caminar, moviendo rítmicamente sus nalgas, enfundada en sus Jean de mezclilla, muy ajustados, cosa que era un deleite para nosotros. Y ahí frente a nosotros una manada de mancebos ardientes y lujuriosos una hembra en todo su esplendor, yo como joven aplicado me sentaba casi al frente, cosa que la mayoría rehuía, por no contestar preguntas de los maestros. De pronto todos querían sentarse en las sillas del frente, y corríamos de un salón a otro para ganar el lugar, y poder tener una vista VIP, de nuestra nueva maestra. Ese día llevaba un overol de mezclilla, que le quedaba como dibujado, envolviendo su cuerpo divino, pero de tal manera que se podía apreciar con todo detalle cada parte de su cuerpo. Sus piernas torneadas, sus tetas enormes y firmes, sus nalgas rellenitas, ups, la vista merecía la sangre de la batallas por los asientos. Yo no sé si ...
... los demás lo notaron, pero ese día su puchita se le notaba más de la cuenta, la costura del overol, se le metía por la mitad de su cuevita, marcándosele lo que le llaman camel toe o sea pata de camello, dejando ver sus abultados labios vaginales, ella de repente notaba las miradas a su puchita y se volteaba a escribir algo en el pizarrón. La cosa se ponía mejor así, podíamos disfrutar de su enorme culo paradito y turgente, y la leve costura de sus calzones de podía apreciar bajo su ropa. Yo creo que todos los chicos la teníamos parada, la vista siempre era espectacular, de pronto en la escuela teníamos una hora de erotismo delirante, al menos en mi mente sí. De cuando en cuando nos tocaba labores en el campo, propias de la carrera que cursábamos, y esa mañana mi compañero y yo decidimos no participar y nos tiramos en medio de un campo de alfalfa, había yo llevado dos revistas porno hustler que le había robado a mi papa, y las veríamos ahí acostados, también llevábamos refrescos y un pequeño radio. Y así trascurrieron unos minutos, nosotros viendo las revistas y las fotografías de mujeres tan bellas y sensuales, mostrando su vagina, nos calentamos e hicimos apuestas, nos masturbaríamos a ver quién se corría primero. Y ahí estábamos con las vergas bien duras, dándole jalones y jalones intentando ganarle a mi compañero. Cuando de pronto se escucharon unos pasos, mi compañero Juan corrió agazapado entre la hierba, y me dejo solo. Quien creen que estaba ahí parada viéndome? La ...