La maestra enseñante
Fecha: 28/04/2019,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Confesiones
Autor: brandonloredo, Fuente: CuentoRelatos
... gemía deliciosamente, como gatita, mientras que mi pedazo de carne se abría paso entre los pliegues de su vagina, rica y apretadita, sin duda un manjar. Yo un lobo hambriento. Ella empezó a moverse de una forma muy sensual, apretando sus nalgas y empujando su pelvis, para que entrara más la tranca. Yo la cogía con toda mi tremenda erección, aquello fue la locura, entre gemidos de los dos, un concierto de placer, que yo hubiera querido tenerla para mí solo toda la vida, pero por ahora tenía que cumplir. La escena era por demás erótica, dos cuerpos fundidos entre la hierba, vibrando al unísono, gozando del placer que da los sentidos despiertos por la pasión, mezclando nuestros fluidos y nuestros destinos por siempre. Ella se corrió varias veces con una intensidad increíble, que me clavaba las uñas en mi espalda, y me mordía los labios hasta causarme dolor, sus espasmos eran frenéticos, la deje saciarse hasta el cansancio, y por fin pidió paz. Yo también deseaba ya terminar la faena, matar el toro de una última ...
... estocada, y así sucedió, una descarga eléctrica me envolvió cada centímetro de mi ser, y eyacule dentro de ella, no me importo nada, y así abrazados y fundidos en uno solo quedamos exhaustos y felices. Ella se vistió lentamente, yo la observaba como queriendo conservar en mi mente los recuerdos de cada instante, y un foco se me prendió en mi cerebro. –regálame tu tanga le dije, ella se sorprendió, -para que la quieres? –quiero tener un recuerdo tuyo. -jajaja estas bien loquito me dijo, pero si te la regalare, me hiciste muy feliz, te lo mereces amor. Y así fue como empezó mi colección de prendas íntimas, a la fecha ya tengo muchas. Ellas se despidió con un beso y una advertencia, -si quieres más, conserva el secreto!!! –claro que si maestra soy una tumba. Ok, adiós, luego hablamos, y se marchó. Esa fue una de muchas veces que subí a la gloria y regrese para contarlo, ella merece este relato, por los años felices que pasamos juntos, hasta que el destino no separo, un beso donde quiera que estés maestra enseñante.