1. Rashid el francés (2) Ethan, el salvaje


    Fecha: 29/04/2019, Categorías: Gays Fantasías Eróticas Autor: ZLAZKO-KAI, Fuente: CuentoRelatos

    ... enorme y potente tronco venoso con mis paredes anales, me hacía ver algunas veces las estrellas. Ethan se calentaba más y más viendo mi cara de sufrimiento, me abofeteaba la cara con las manos, me forzaba besándome la boca, llenándomela de abundante saliva, y obligándome a tragarla garganta abajo. Etahan: Ahora eres mío, niñato de mierda... ¿Te gusta putito, eh?... ¿A que te gusta que sea tu macho?... Dimeee, hablaaa... chapero cabrón. Rashid: Siiiii... sigue follándome tío macho... ¡Ahhhh!... ¡Qué bueno estás cabrón!... Méteme la polla hasta el fondo, y no pares de follarmeeee. Me notaba el ano súper dilatado, debido a la envergada de su pollón, a la follada que me estaba pegando y a la excitación que llevaba encima. Cambió de postura y me puso a cuatro patas en el suelo, me soltó un escupitajo en todo el ojete y volvió a penetrarme todo su manubrio. Yo estaba como loco gozando, mi ano se había adaptado perfectamente a su polla, y lo que antes era dolor, ahora se había convertido en un placer inmenso. Gemíamos, jadeábamos, y gritábamos juntos del placer tan grande que sentíamos. Me agarró del pelo y comenzó a follarme con más ...
    ... fuerza, y cada vez más rápido. Violaba mi culo con una violencia desmesurada, con una crueldad excesiva y dominante que me volvía loco. Jamás en mi vida me habían follado el culo de aquella manera, y jamás había sentido tanto placer. Me corrí sin tan siquiera tocarme la polla, sin poder remediarlo empecé a soltar chorros de esperma por todo el suelo, y a mancharlo todo de crema blanca. Ethan sacó su polla de mi culo y me la puso en mi boca, obligándome a succionarla con ganas. Cerraba sus muslos apresándome la cabeza con fuerza, con mi boca hundida en su entre pierna, tragando sin que pudiera escapar y obligándome a su deseo… que en ese momento era, que le comiera a fondo la polla para correrse. De repente mi boca se llenó de leche caliente y deliciosa, era muy abundante y tuve que tragar rápido, porque seguía saliendo sin parar del capullo. Él cabronazo no paraba de gemir, y yo de tragar... tragar, y tragar. Lamí la cabeza del pollón metiendo media lengua en la rajita, rebañando, recogiendo y sacándole las últimas gotas, para saborearlas bien. Luego se desplomó en el suelo junto a mí, y me besó en la boca con frenesí. Continuará... 
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