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La Esposa de mi Primo
Fecha: 04/05/2019, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... iba a hacer a mi primo. Al día siguiente estuve tentado a regresar a casa de mi primo para saber cual sería la reacción de Lupita al encontrarnos a solas después de lo sucedido y aunque la excitación era mucha temía que fuera a llegar mi primo y nos encontrara en algún tipo de acción sexual o simplemente que no le pareciera mi visita en su ausencia, así que me conforme con masturbarme nuevamente inspirado en las vivencias del día anterior. Pasaron algunos días antes de volver a ver a Lupita, fui a su casa a invitación de mi primo para tomarnos unas copas, lo pensé mucho antes de acudir ya que me daba un poco de "cruda moral" con Guadalupe por lo sucedido, pero al llegar a su casa los temores se disiparon ya que al entrar de inmediato percibí nuevamente el característico olor de la "yerba" y ambos se veían notoriamente afectados por la droga, no me asustaba el hecho de que fumaran yerba ya que yo la había probado tiempo atrás en mis tiempos de preparatoriano, mas bien me sorprendía que lo hiciera ella ya que él en el ambiente musical es muy común. Al entrar Guadalupe se levantó para saludarme, nuevamente me hizo sentir su lengua en mi mejilla y la leve presión en mi mano lo que hizo que de inmediato mi pene registrara los primeros síntomas de erección, salude a mi primo quien en ese momento leía unos documentos, Lupita se apresuró a ofrecerme un trago y mientras lo servia recorrí con mi lasciva mirada su estupendo cuerpo que pretendía cubrir con diminuta minifalda que le ...
... quedaba sumamente ceñida a su sabroso cuerpecito y le dejaba al descubierto mas de la mitad de sus morenos y firmes muslos realzados por los altísimos tacones de sus zapatillas, las pequeñísimas pantaletas que portaba se le marcaban claramente bajo su escasa vestimenta y se evidenciaba la ausencia de brassiere con el bamboleo de sus chichitas bajo la blusita ombliguera que vestía su torso, ella advertía mi mirada recorriendo su sinuoso cuerpo y se puede decir que posaba para mí sacando su cadera para lucir aun más sus espectaculares nalgotas y erguiendo su pecho para mostrarme sus senos en libertad cuyo pezón se veía paradito y tan solo me sonreía coqueta e incitante. No tarde mucho en saber que el color de sus diminutas pantaletas era azul eléctrico ya que al sentarse frente a mí separó las piernas dejándome ver entre ellas sus calzoncitos y algunos de los vellos que cubren su pubis y no alcanzaba a tapar con las pequeñísimas pantaletas, Lupita mientras me brindaba con su copa me sonreía con frivolidad plenamente consiente de que le estaba mirando los calzoncitos y de vez en cuando me guiñaba un ojo incitándome sin duda a sostener esa atrevida aventura erótica, mi primo había dejado los documentos a un lado y platicaba ignorando lo que estaba sucediendo entre su esposa y yo, ya que al estar sentado junto a ella no advertía que las piernas de Guadalupe estaban descaradamente separadas lo suficiente para exhibirme su ropa intima. A cada momento Lupita aprovechaba alguna distracción ...