Mi mendigo y Yo.
Fecha: 08/05/2019,
Categorías:
Gays
Autor: lover2392, Fuente: SexoSinTabues
La historía que relataré es ficción en combinación con mis mayores fantasías, espero que sea de su agrado. Me llamo Alex, tengo 23 años y hasta ahora toda me ha ido bien, poseo un negocio de venta de celulares, el primer piso de mi casa lo utilizo para las ventas y en el segundo es donde vivo realmente. Mis padres me apoyaron en un inicio, luego me independicé y ellos residen en otra ciudad desde hace 1 año. Tengo 2 empleados que me ayudan en la tienda, la relación laboral es cordial sin mayores intenciones. No había tenido pareja hasta ahora, aunque considerado heterosexual por todos, siempre fui muy reservado y no me gusta platicar sobre amoríos. A las 8 de la noche, cuando ya se encuentra cerrado el negocio, es cuando puedo liberar estas ideas que rondan mi cabeza desde hace mucho. Tengo un conjunto de lencería que me compre hace 2 meses, soy gordito y tengo un poco de tetas, así que me queda muy bien, además de ser lampiño, suelo visitar páginas de encuentros sexuales aunque nunca me he animado, no quisiera ir a hoteles ni que vengan a mi casa, luego podría volverse un problema, de vez en cuando me exhibo mediante la cámara web ya que adoro sentirme deseada, obviamente no muestro mi rostro. En un día cualquiera al abrir mi negocio noto que había un hombre a pocos metros de mi puerta principal, vestía desaliñado y un poco sucio, llevaba en una mano una bolsa de caramelos, tendría entre 50 o 60 años. No soy una persona violenta o problemática, así que me acerqué ...
... comentándole que no podría quedarse ahí, ya que no daba buen aspecto a mi trabajo. El hombre con una mirada triste me dijo que solo por hoy lo dejará estar ahí, siempre viaja sin rumbo ya que no tiene un hogar. Como el acto de bondad del día, decidí dejar al hombre vender sus golosinas. Al promediar la 7 de la noche, mis empleados estaban esperando el bus dos manzanas a la derecha y yo me dirigía a cerrar la puerta principal, el hombre sin hogar aún estaba sentado, solo quedaban un par de dulces. Cuando empecé a buscar unas monedas en mi bolsillo para comprarle lo que le quedaba, un grupo de indigentes se acercaron al hombre y empezaron a golpearlo, vociferando que no debería estar ahí ya que ellos son los dueños de las calles. Ellos eran muy delgados, no me tomo mucho esfuerzo alejarlos, sin embargo el señor de los caramelos se cogía la pierna derecha, mostrando signos de dolor. En ese momento pensé que sería un día muy largo, llamé a los paramédicos y se lo llevaron, después de 10 minutos decidí ir también al hospital. Después de una semana de no saber sobre aquel hombre, al momento de cerrar mi negocio él estaba en frente mío, tardé unos segundos en reconocerlo, ahora lucía limpio, seguramente en el hospital lo trataron adecuadamente ya que tuve que pagar una buena cantidad para que lo cuiden. Al parecer la ropa que dejé en su habitación le quedó muy bien. El hombre me abrazó y me agradeció por lo que había hecho. Le invité a cenar y conversamos por 2 horas sobre su vida, aunque ...