La calentona
Fecha: 09/05/2019,
Categorías:
Voyerismo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
"¡JODIDA PUTONA!" Oí la voz de Linda antes de verla. Sarah saltó atrás con sorpresa, y supe que se acababa nuestro pequeño juego. Un juego del que había disfrutado durante casi un año. Linda y yo nos habíamos casado hace casi seis años, y durante los primeros cinco, todo lo que Linda habló fue de su mejor amiga Sarah, y cuanto la echaba de menos desde sus días juntas en el colegio superior. Sarah se había ido al extranjero a trabajar poco antes de que yo conociera a Linda, y había vuelto sólo el año pasado. Uno de las primeras cosas que Sarah hizo fue buscar a su antigua amiga. Linda me había relatado muchas veces sus hazañas en la universidad, y cómo las dos provocaban a todos los tíos en el campus. Yo disfrutaba de veras con las historias que Linda me contó sobre cómo ella y Sarah se paraban en topless delante de su ventana del dormitorio y fingían que no veían a los tipos caminando por la acera, sólo un piso bajo su ventana. Una vez incluso fueron un paso más allá y fuerom a clase sin sostén, y cuando el profesor no miraba, levantaron sus tops y ¡"relampaguearon" a la clase entera! ¡Sarah fue quien introdujo a Linda a la emoción de conducir alrededor desnudas y ver a los camioneros estirando sus cuellos! Una vez pregunté a Linda si ella y Sarah había intentado alguna vez la "bisex," pero Linda sólo dijo que aunque ella y Sarah había experimentado un poco, el exhibicionismo era su juego. Ellas nunca dieron a todos los tíos a los que empalmaron siquiera una oportunidad de ...
... tocar, ¡y mucho menos de follar! Tocar y follar estaba reservado sólo para amigos especiales. Había esperado con verdadero placer conocer a Sarah, y privadamente esperaba que todavía se dedicara al exhibicionismo. En varias ocasiones había tratado de convencer a Linda para reasumir su viejo juego, por la diversión del sobresalto que podríamos causar exhibiendo sus magníficas tetas en público, pero Linda dijo que la edad la había madurado, y que sus 91 cm. eran ahora sólo para mi disfrute visual. Justo antes de que Sarah llegase, Linda hizo astillas mis esperanzas. Linda dijo estar segura de que Sarah había sobrepasado también su etapa salvaje, pero si no lo había hecho, y trataba de provocarme, ¡yo debía decírselo inmediatamente! Linda me aseguró que si Sarah intentaba cualquiera de sus viejas mañas conmigo, que la metería de inmediato en cintura, allí y entonces, ¡y le diría a Sarah que yo estaba estrictamente fuera de límites! Vino el gran día cuando finalmente conocí a Sarah. Había visto fotos suyas cuando ella y Linda habían sido inseparables, y pensé que era realmente bien parecida, pero nada me podía haber preparado para la estupenda belleza que llamó a nuestra puerta. ¡Durante sus años en el extranjero, el pelo de Sarah había cambiado de su castaño claro a un rubio casi platino! Su piel estaba bronceada con el matiz más profundo de moreno, lo que hacía centellear aún más sus ojos azules con un resplandor malicioso. Llevaba un vestido veraniego de algodón rosa que no ...