Inocencia
Fecha: 12/05/2019,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... más de un aspecto. Era des-estresante para ambos tenernos el uno al otro, presumo.Podíamos darnos el gusto de disfrutarnos físicamente, a la vez que yo te brindaba algún consejo de cómo resolver cierto proyecto, y así fuiste, la más de las veces, la cabecilla del equipo escolar más aventajado de tu generación; la chica del cuadro de honor por excelencia.Para ese tiempo ya me atrevía a hacerte chupetones en todo el cuerpo, aunque sin descuidar que no fueran del todo evidentes. A ti no te importaba rasguñarme y morderme, maliciosa gatita en celo (como así te decía).Qué rico cachondeábamos y nos revolcábamos desnudos en la cama, sin necesidad de penetración. Tu cuerpo era tan habilidoso que no había necesidad de ello. Cuántas veces me vine entre tus muslos, después de habérmelos cogido friccionando mi pene entre ambos. Fue realmente hermoso, pese a que a ti te daba repulsión el que te dejara embarrada (“!Giugh... qué asco!”, me gritabas). Yo, en cambio, disfrutaba dejar aquello secar entre nosotros para, después, y ya al separarnos, percibir cómo nuestra piel adherida se despegaba.Cuarta etapa: Por fin había llegado el momento. Luego de platicarlo y llegar a un acuerdo, aceptaste que me viniera en tu boquita. Cosa que reconozco, a ti te daba aversión, así que te lo agradezco enormemente, pues sabía muy bien sobre las nauseas que originalmente te causaba, pero para mí era importante.Como te dije, para mí era un acto muy significativo entre nosotros, pues así te compartía mi ...
... semilla, parte de mi propia vida que te depositaría para que tú tragaras. Yo formaría parte tuya así como tú ya formabas parte de mí. Ese sería nuestro acto privado de comunión.Luego de eso, ambos sabíamos lo que vendría: Te introduciría mi falo en tu vagina de muchacha traviesa para convertirte en mujer.Hice los preparativos. Compré prendas íntimas comestibles; aceites; lubricantes; preservativos ultra delgados y de variados sabores, además de diferentes vibradores para estimular distintas áreas de tu cuerpo al mismo tiempo.Tenía intenciones de ponerte a punto antes de metértela por vez primera.Dudé en cómo desquintarte. Es decir, qué posición abordaríamos cuando te lo introdujera por primera vez. Tuve tremendas tribulaciones por decidir si lo haría de frente, con tus piernas bien abiertas y mirándote a los ojos para percibir cada detalle de tu cambio interno, o si tenerte en cuatro, con un espejo justo frente a ti para mirar la expresión de tu rostro. Deseaba ver qué cara pondrías mientras te lamía desde detrás, lubricando el acceso por donde me introduciría. Luego, pensaba darte una paseada de verga por toda tu raja para así dártela a desear.Ya podía ver todas las expresiones de tu rostro que tu inocencia podría brindarme.Pero, ¿qué pasó entonces?Hablaste conmigo muy seriamente. Te habías enamorado de alguien más.“No, no es sólo un flechazo puberto y pasajero”, me dijiste. Estabas verdaderamente enamorada.Y yo verdaderamente encabronado, no lo negaré. Me puse furioso, ...