Alicia y Cristina 2
Fecha: 15/05/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues
... Ooooh—rió -- que agradable. Hazlo de nuevo. Más fuerte ‐ Si dale-- bromeó Alice riendo-- golpea su culo hermoso, a ella le encanta--, y ella me mira con más atención y añadió en un susurro—a las dos nos gusta. Es por eso que mamá dijo que éramos traviesas Su palabras taladraron mi cerebro. Era una invitación a nalguear a su hermana mayor, para azotarlas a los dos. Oh si! Levanté la mano y cayo dos veces en rápida sucesión sobre el culo sin protección de Cristina. ‐ ¡Ay!-- chilló-- eso duele-- pero no hizo ningún intento de alejarse. Una vez más descargue dos más abajo en la dulce subida de sus nalgas. Su pequeño cuerpo se retorció y ella gritó de dolor. Pero se mantuvo firme. ‐ Vamos, mi papá le da nalgadas más duras que estas y también lo hacen Mamá y Jaime y Juan—dijo Alicia con cara de maldad-- Son nuestros primos que aman azotar nuestras pequeñas nalgas ‐ Si es así, entonces vamos a hacer este trabajo correctamente-- le di la vuelta y otra vez busqué su bulto, No estaba allí. Extendí la mano con los dedos y empece a acariciar hacia abajo desde la parte superior de la línea de las bragas hasta la V de su entrepierna. Cristina se rió seductoramente, ‐ Todavía no, me tienes que nalguear mas. He estado muuuuuy traviesa ‐ 5 más-- dijo a Alicia-- y luego 11 en sus nalgas desnudas. Oh dios Me encanta ver que se pongan rojas Cristina sonrió ante el entusiasmo de su hermana pequeña. ‐ Suena bien para mí-- Guie su cuerpo deseoso sobre mi regazo. Mi pene estaba muy duro y se ...
... presiona contra su vientre. Ella me sonrió. ‐ Oh, eres tan fuerte que sé que voy a disfrutar esto. ‐ Él la tiene muy grande-- añadió Alicia con un aire de superioridad Acaricié los senos de Cristina de nuevo y lentamente le di cinco azotes más, sus nalgas estaban empezando a tomar un tinte rosado. No había duda de sus gritos, le dolía. Le estaba haciendo daño, pero ella no estaba luchando por quitarse. De hecho, en la nalgada número 11, levantó sus caderas mientras mi mano se vino abajo contra sus nalgas. Hubo largo grito ahogado de dolor cuando se desplomó de nuevo en mi regazo. Finalmente, acaricie sus nalgas adoloridas y rojas; alzó la vista hacia mí, Su carita bonita bañada en lágrimas, sus ojos rojos. ‐ Gracias, me merecía eso y lo que viene después. Soy muy traviesa y necesito castigo. Merezco 11 más, en mi trasero desnudo—susurró-- Sé que tiene que estar desnudo. Entonces me di cuenta que esto era parte de su joven fetiche. El dolor y el placer, donde parten en un mismo viaje. Yo estaba muy deseoso de enviarla a su camino. La levanté y la puse frente a mí. ‐ Date la vuelta querida. Quiero ver el daño Obediente, se dio la vuelta. Su pequeño cuerpo todavía palpitaba, pero ya no había más lágrimas. Sus pequeños senos brillaban con orgullo en su pecho antes de la pubertad. Por el amor de Dios sí que eran preciosos. Deslice mi dedo hacia abajo sobre las nalgas y sus muslos rosados y rojos, se retorció al sentir malestar, pero gemía de placer. ‐ Oh que arde, duele!" Miré a Alice ...