Alicia y Cristina 2
Fecha: 15/05/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues
... que estaba sentado sobre sus talones y sus pequeñas piernas ligeramente abiertas. Su mano derecha se encontraba entre sus muslos y ella desnuda se dedeaba su raja empapada. Los pequeños dedos enterrados en el interior de su dulce herida. Ella se estimulaba con la mano mientras nos veía. Baje bragas de Cristina solo la parte de atrás y adoré la carne apretada linda enrojecida de sus nalgas. La besé y acaricié con mi lengua cada esfera brillante. A continuación, pellizque cada uno a su vez. La hice gemir y chillar en voz baja. Ella se giró hacia mí. Entonces empezó. Yo quería que sucediera, pero yo quería que durara para siempre. Pon tus manos en mi nuca-- Pedí. Obediente, levantó sus brazos. Sus pequeños senos se acentuaron aún más y se levantaron con orgullo. Sus pezones duros incluso más pronunciados. Casi me dejó sin aliento. Una vez más mi mirada fluía por sus once años de edad, admiro su cuerpo y miro a su entrepierna, todavía no hay señales reveladoras. Puse mis dedos en el elástico de sus bragas y se continúe con el descenso, Poco a poco, con sensualidad, seductoramente. La tensión sexual era electrizante. Sus piernas estaban muy juntas. La piel desnuda suave vino lentamente a la vista. Era tan cremosa, tan suave, tan atractiva. Aún no había señales de nada que pudiera revelar su verdadero género. Arranqué drásticamente las bragas hacia abajo sobre sus muslos suaves, más allá de las rodillas y hasta los tobillos. Pateó la pantaleta a un lado y la acción reveló su ...
... pequeño tesoro. Su pequeño pene vino a la vista escapando de su escondite situado entre sus muslos. Su pequeño escroto albergaba sus pequeños testículos del tamaño de dos cacahuates. Su pene estaba erecto, era delgado, largo como 4 pulgadas pero muy delgado y dulce. Lo tomé con ternura entre el índice y el pulgar. Era suave, sin embargo, dura, resistente, pero fuerte. Era precioso. A su manera, ella tenía su atractivo como su hermana pequeña de ocho años de edad. Deslice mis manos alrededor de sus nalgas, firmemente la atraje hacia mí. Ansiosamente ella vino. Miré la cara, joven, inocente, sabía, quería. Ella sabía lo que estaba a punto de hacer y lo quería demasiado. Ella movió sus caderas hacia delante y su pequeña pija se acercaba, más cerca de mis labios abiertos, rozó mi mejilla y ambos sentimos una enorme emoción que viajaba a través de nuestros cuerpos. ‐ Oh, sí—susurró-- por favor, bésalo, lámelo La invitación era irresistible, de forma involuntaria besé suavemente con amor la punta roja de su tesoro. Era dulce, era lisa y era muy atractiva. Mi propia polla latía de alegría y anticipación. Con impaciencia, pero con un gran control Chupé su pequeño palo entre mis labios y rodé mi lengua acariciante, con amor a su alrededor. Llevó las manos a mi cabeza mientras se estabilizaba. Sentí la excitación eléctrica zumbando a través de su cuerpo Como acaricié y apreté sus senos, mientras su pequeña polla entraba y salía de mi boca. Pronto tuvo la idea y comenzó un puto movimiento ...