Mi Jefe Marcelo y Gina. - Relatos Eróticos

Mi Jefe Marcelo y Gina.

... jodiendo a mi esposa. Encima de eso, él sabe que yo sé que su verga es mucho más grande que la míá y que Gina prefiere la de él mejor. Antes de ir al trabajo yo trato de obtener sexo de mi esposa, pero con muy poco éxito. Ella tiene un hombre del tamaño de Shane Diesel en el trabajo, ¿por qué habría que resolver para mí? Camino en la oficina y siempre escucho Marcelo diciendo cosas desagradables. "Su marido es un inútil marica, ¡sige chupando puta ramera!", dice como oigo Gina chupando lo. Como estoy tan cerca de su oficina siempre escucho sus gemidos. Estoy haciendo casi todo su trabajo como ella se comporta como una putilla de oficina.He aceptado que soy inferior a mi jefe. Pero siempre odio tener que escuchar lo humillando a Gina y yo como él golpea su cuerpo con su polla."Tú eres su esposa, pero tú eres mi pequeña putita.""Él no merecen joder de sin mi premission.""Él es tu pareja lesbiana socio, no su marido."Me sorprende que soy capaz de terminar el trabajo con todo esto, porque esto es tan m*****o. A veces Gina esta en su oficina por no más que 20 minutos, pero se siente como si son horas. Estoy obligado a estar en la mirada para ellos en caso si cualquier persona importante quiere visitar la oficina. En este momento particular Gina y Marcelo iban como conejos. Todo lo que podía oír era l los movimientos de Gina y el sonido de la ...

... verga de Marcelo golpeando su culo.Gina ahora está empezando a gemir. Yo podía oír y sentir su cuello uterino está tocado desde aquí. Cierro los ojos e imagine estar ahí."¿Por qué Dios, por qué no ha podido darme un pene grande como el de Marcelo? ¿Por qué debo tener un pene de 7 pulgadas? Ojalá pudiera joder a Gina como él lo hace. Ojalá pudiera hacerla gemir y llorar de la manera que él lo hace."Luego Gina camina hacia atrás te mí y ve a mi erección. Ella le da un beso rápido con una sonrisa y comienza a trabajar.Ahora trabajo horas extras cuando Gina y Marcelo están fuera cenando. Lo peor es que ella obtiene mi cheque de pago de horas extra, no yo. Marcelo se me muestra que él es dueño de mí. Cada vez que Gina esta lista para salir con Marcelo después del trabajo, ella simplemente se sienta allí como una niña buena esperando a su papi para que la lleve a la tienda de caramelos. Apenas me habla. Él sale de la oficina y ella se levanta rápidamente para ir a él. Ella ni siquiera me deci adiós a mí. Yo no hago ningún trabajo de oficina ahora. Mi trabajo como secretario de Gina es hacer sus uñas, manos y pies. Yo soy su asistente personal. Traigo un par de panties extra sólo en caso si el semen de Marcelos ensucia a el que Gina tiene puestos.Mi esposa es la puta de la oficina. Todos aquí lo saben. Y todos saben que yo soy el cornudo de la oficina